Esa misma noche salimos a la Bistroteca para cenar.
Marco estaba mucho más animado que yo, hasta el punto que era él prácticamente quien llevaba la voz cantante de la conversación mientras que yo me limitaba solamente a asentir y contestar de vez en cuando.
-¿Pasa algo? -me preguntó dándose por vencido en cuanto nos trajeron el postre.
-No... ¿por qué lo dices?
-Llevas toda la noche con la cabeza en Marte. En serio cariño, dime qué te pasa.
-Marco, no me pasa nada, estoy bien.
-Ah, estás bien... Por eso no me has contradicho cuando he dicho que Ryan Gosling no es más que un soberano gilipollas. -Marco sonríe con esa expresión de "tengo razón" y yo hago amago de disimular una sonrisa llevándome una cucharadita de cheesecake a la boca.
-Estoy cansada, solo es eso.
Marco se dio por satisfecho con esa respuesta, o eso o se cansó de insistirme porque terminó su postre sin decir nada más que un escueto "vale".
Esa noche me acosté nada más llegar a casa. Después de echarme mis cremas y de lavarme los dientes le di un beso a Marco, quien se quedó viendo una película en el salón, y subí escaleras arriba para meterme en la cama.
No sé si fue el calor del edredón, el volver a dormir en la cama de Marco con sudadera o qué fue, pero después de un par de horas dando vueltas en la cama decidí salir en busca de aire fresco. Para mi sorpresa, me encuentro a Marco apoyado en la barandilla con la vista al frente y tan absorto en si mismo que no me escucha acercarme.
-¿Qué haces aquí? -susurro arrastrando los pies por las frías baldosas de pizarra.
-Lo mismo que tú supongo, no podía dormir. ¿Vas a contarme qué te pasa ya o tengo que insistir mucho más? Porque se me está acabando el tiempo y... -su voz se entrecorta y hace un movimiento rápido con los manos que interpreto como que se está secando una lágrima.
-Marco tengo una duda sobre nosotros.
-Dime, pero por favor háblame. Te necesito conmigo, no... no puedes rendirte ahora.
-¿En qué punto estamos?
-¿Cómo? -supongo que esa pregunta le deja en blanco así que decido volver a intentarlo.
-Quiero decir... estábamos prometidos, íbamos a formar una familia y... Si empezamos de cero... ¿en qué punto empezamos?
-Pues... supongo que la mejor respuesta que te puedo dar es un ya lo iremos descubriendo.
-¿Ya lo iremos descubriendo?
-Sí... Yo solo quiero estar contigo y me da bastante igual si me pongo un maldito anillo dorado ahora mismo o dentro de veinte años. Lo que no me importa tan poco es que la persona que me lo ponga sea era que tú y... me da la sensación de que si esto se rompe de nuevo eso podría llegar a pasar y no quiero. No me vale. No me vale otra que no seas tú.
-¿De verdad? -tengo un nudo en la garganta que apenas me deja respirar.
-Pues claro que sí, Sagnier. No sé cómo me has podido enganchar tanto, maldita enana cabezona. Eres una maldita droga.
-¿Pero una droga como el tabaco o algo más como el hachís?
-Por favor... eres peor que eso... Eres el amor de mi vida y si he de hacer un pacto con el maldito camello que es el diablo, ya puedo meter goles para darle lo que me pida a cambio de tenerte. Y ahora... -me coge en volandas- vamos a la cama, que estás helada.
-Pero no tengo sueño -gimoteo como una niña pequeña.
-¿Quién te ha dicho que vayamos a dormir?
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Anything for you [SAGA THINGS #3]
FanfictionMarco dejó a Emma con una nota el día de su graduación, justo antes del tour por América. Durante el mes que han pasado juntos, Emma no ha hecho otra cosa que evitarle por todos los medios posibles, pese a que eso no sea tan fácil en Madrid, donde h...