Anything for you [SAGA THINGS #3]

Capítulo 34

Esa noche volvimos a casa mucho más tarde de lo habitual. Marco y Álvaro decidieron, al fin, darse una pequeña tregua y nos paramos a cenar en uno de esos japoneses veganos que tan de moda están por el centro de Madrid.

Mientras me pongo el pijama y me desmaquillo lista para pasar nuestros primeros Reyes como pareja, escucho como Marco va trasteando abajo y supongo que está colocando unos cuantos paquetes más que tenía escondidos en su despacho, como si no supiéramos ya donde esconde siempre los regalos. Sonrío para mí y acaricio con la yema de los dedos mi delicada alianza. Este año va a ser nuestro año. Este año vamos a casarnos.

Joder, qué real se me hace.

Cuando he dejado la habitación más o menos recogida, cargada con una bolsa enorme de Ikea, bajo todos los paquetitos que llevo coleccionando desde el Black Friday; unos cuantos -demasiados- para Marco, entre los cuales hay un bloque de carbón, unos cuantos juguetes y demás para Rome, un par para Igor y otros para Gilberto.

-¿De dónde has sacado todo eso? -me pregunta dando un par de golpecitos en el sofá para que me siente con él.

-Llevo haciendo colección bastante tiempo -le sonrío por encima del hombro y empiezo a recolocar todos los paquetes porque el mallorquín, acomode costumbre, lo ha puesto al tuntún y sin gracia ninguna-. Oye, aquí hay demasiados con mi nombre, Marco.

-Te habrás portado muy bien...

-Sabes que no me gusta que hagas estas cosas...

-Cobro bastante más que tú cariño, y tú también has hecho muchos regalos.

-¡También a tu padre y a tu hermano!

-Bueno, me apetecía hacerte regalos. Qué más da, tú págame en físico y todo arreglado... -sonríe y se estira para abrazarse a mi muslo para obligarme a estar con él-. Oye Reina Maga de Oriente, que es tradición para que los niños no sospechen comerse lo que dejan preparado.

-¿Qué niños tenemos en casa? -sonrío a la tenue luz del árbol de Navidad mirando las dos tazas de leche con un par de cupcakes de vainilla que hay sobre la mesita de centro.

-¡Igor! -suelta como si fuera la cosa más obvia del mundo-. Será el mayor en edad, pero creía en los Reyes Magos hasta los doce...

Reniego y me dejo caer a su lado mientras me abraza y extiende una manta sobre nosotros.

-¿Estás cansada? -me susurra al oído.

-No, ¿por qué?

-Saber... -le miro con discreción y veo esa sonrisilla macarra suya y mi mente fantasea en vestirme de blanco-. Tengo muchas ganas de casarme ya contigo. Si por mí fuera nos casábamos ya mismo en Las Vegas...

-Habremos de empezar a ponerle fecha.

-¿A nuestro viaje a Las Vegas?

-A la boda -digo pellizcándole el brazo.

-Podríamos casarnos tú y yo solos. Sin gente. Nos largamos a las Maldivas y nos casamos ahí, en la playa.

-¿No habías dicho en Las Vegas?

-Donde sea.

-Estás fatal... -río bajito para no despertar al resto de la casa.

-De verdad, Emma... ¿Por qué no lo hacemos?

-¡No tiene ninguna validez legal!

-Si es por firmar el papel, llamo mañana a un abogado...

-El papel me da igual, pero hemos de celebrarlo con nuestros amigos, con nuestra gente, no solos perdidos en una isla desierta.

-A mi me vale. ¿Qué más da? Los importantes estamos, ¿no?

-¿Estás hablando en serio?

-Completamente.

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Hola a todxs!!!!

Primero de todo, siento el mes de vacío con el que os habéis encontrado. Sabéis que Junio es para todos ls estudiantes el mes más agobiante y puedo decir que casi, casi, tengo superados estos finales en casa que tanto me estaban atormentando.

Como habéis podido leer, el capítulo de hoy es cortito y es que la verdad no tenía pensado subir nada hasta el día 16, que es cuando termino oficialmente, pero la verdad es que ya no me aguantaba el echaros de menos.

De todas formas no os preocupeis porque el sábado tendréis un capítulo un poco más largo, eso seguro, así que esto vuelve a arrancar. ¡No sabéis la de ganas que tengo! Y cuántas novedades vais a estar viendo tanto por aquí como por Instagram en los próximos meses... 

Un besazo enorme y nos leemos pronto.

Mucho amor, siempre,

Emma.