Capítulo 8

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La semana siguiente pasó sin pena ni gloria. Nos pasamos los siguientes días encerrados en casa, escuchando en bucle las mejores canciones de Cigarettes After Sex en el tocadiscos del salón sin apenas salir de mi piso, simplemente lo justo y necesario.

Fue el jueves por la tarde, mientras yo me dedicaba a contar los lunares de la espalda de Marc y él me leía un artículo tan solo interesante para él acerca de las nuevas actualizaciones de un videojuego al que estaba enganchado, que el timbre sonó despertándonos de una paz y una tranquilidad que me seguía sorprendiendo. Bueno, a decir verdad, también ayudaba haber mantenido tanto el móvil como el ordenador apagados. 

Decidí pasar por alto este echo, como ya había ocurrido anteriormente esa semana pero, unos cinco minutos después volvió a sonar el timbre, esta vez el de la puerta de entrada. Extrañada por quien podía haberse colado en el portal sin que yo le abriera, levanté el culo de la mullida alfombra del salón y encendiendo, como ya es costumbre en mí, la lamparilla de la entrada, miré por la mirilla.

-¿Se puede saber que coño haces que no contestas al teléfono? -la bronca de Isco me llegó antes incluso de abrir la puerta del todo.

-Me estoy tomando unos días libres... -me aventuré entornando la puerta que daba al salón.

-¿Unos días libres? ¡Todo el mundo te ha estado esperando en los primeros entrenos de la temporada! No coges ni una sola llamada, no respondes ningún correo. Los de arriba se están cabreando. ¿En qué estás pensando, Emma?

-Voy a dejarlo.

-Y luego Marco. ¿Qué coño le has dicho? Otro igual, ni aparecer por Valdebebas. ¿Así cómo se supone que se va recuperar de la lesión? ¿Es que os estáis pegando la semana de enamorados o como es eso?

-Le he dejado.

-Haz el favor de venir mañana. Chendo te va a traer de los pelos como no te presentes. Y luego estoy yo comiéndome todos los marrones por culpa vuestra. Joder, que siempre estoy en medio de la parejita feliz de las narices y...

-Isco, escúchame. Se acabó. Todo. Marco y yo se acabó y... No quiero seguir trabajando de algo que no me apasiona. Voy a dejar de ser vuestra Community Manager.

-¿Pero a ti qué mosca te ha picado? -Isco me mira con los ojos a punto de salirse de las órbitas pero no puedo hacer más que encogerme de hombros; ambas decisiones están tomadas ya-. ¿Y qué piensas hacer con tu vida? ¿Vas a volver a escribir? ¿Es eso? Has recuperado la inspiración, una editorial de la hostia te ha pedido que termines el libro que dejaste a medias, ¿no? Por favor, dime que tienes un "Plan B".

-No, no tengo ningún plan. Quiero hacer mi vida sobre la marcha.

-Esta no eres tú. Tú no eres así. ¿Qué te pasa? ¿Es porque has vuelto a la dinámica con Marco? Por lo que sé, le dejaste tú. Sé lo que te dijo pero los dos sabemos que Marco es muy impulsivo y que si le pides un tiempo él te lo dará...

-Isco. Para. No tiene nada que ver con Marco. 

-¿Y entonces?

-En el Osasuna buscan a alguien como ella... -me defiende Marc detrás de mí.

-¡El que faltaba! -el malagueño se pasa las manos por el pelo, consternado y luego me mira a mí incrédulo-. No me jodas que vas a dejarlo todo por tu amiguito.

-Necesito un cambio de aires...

-¿Un cambio de aires? ¿Es que no ves que te está manipulando? 

-Él no está haciendo nada, es mi decisión, Isco. No te pido que lo entiendas.

-Pero, ¿cómo quieres que entienda que tiras un trabajo serio por... por que? ¿Un trabajo en una ciudad en la que  no conoces a nadie?

-Aquí tampoco conocía a nadie.

-Sabes que esto no le va a gustar a Sara... -y ahí, mi mejor amigo me dio en mi punto débil. Sara, mi mejor amiga. La persona que había conseguido paliar todas las malas noticias que había recibido en los años que llevaba sola en la capital. Sara, quien tanto había hecho por sacar adelante mi relación con Marco, por más destruida que estuviera. Ella, la amiga que me había apoyado a sol y sombra, aunque me equivocara. Sara, quien me había guiado siempre a actuar con cabeza y a no perder la cordura.

-En Madrid ya no me queda nada... -susurro sintiéndome mucho más pequeña y frágil de lo que realmente soy.

-Estamos nosotros. Tu familia. ¿Acaso no es eso suficiente?

Anything for you  [SAGA THINGS #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora