Capítulo 32

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Marco me pide que ese fin de semana de Reyes lo pasemos en Madrid y yo, pese a que ya había avisado a mi madre de que lo pasaría con ellos en Barcelona, no puedo hacer nada más que aceptar.

Para mi sorpresa, me deja conducir su nuevo Audi y yo soy una niña con zapatos nuevos, así que debo admitir que me emociono un poco más de lo normal al comprobar que su velocidad máxima es de 250 kilómetros por hora.

-Este tira más que tu A1, eh... -presume con una sonrisa burlona desde el asiento del copiloto.

-¿Quieres comprobarlo de verdad? -le pregunto alzando una ceja después de enseñarle el dedo del medio. Por mucho que este corra más que mi pequeño bebé, siempre me quedaré con las líneas redondeadas y los coches pequeños.

-Ni se te ocurra correr, que las multas van a mi nombre, cabrona...

Acelero un poco más hasta llegar a los ciento cincuenta pero no soy capaz de pisar a fondo. Y todavía podría subirle cien kilómetros más, la madre que... Hacemos una pequeña parada a cincuenta kilómetros de entrar a Madrid, pero estamos hambrientos y yo me encuentro un poco cansada de conducir durante cuatro horas sin parar.

Comemos un bocadillo en un área de descanso y aprovecho que Marco está llenando el depósito para ir al baño y, como no, cuando vuelvo ya está al volante. Se me acabó disfrutar del juguete.

-No, ni de coña. Es mi coche, me toca a mí -ya ni los pucheros valen, estoy perdiendo facultades.

En la pantalla del navegador de abordo aparece el nombre de Drake y en cuanto empieza a sonar Toosie Slide hago una mueca de fastidio y me cruzo de brazos sobre el pecho, sabiendo que este gesto nunca falla. Estoy en lo cierto, pues Marco, tras mirarme de reojo y maldecir entre dientes que soy una manipuladora toquetea el teclado.

-¡Mira a la carretera, que nos vas a matar!

-Controlo nena, siempre controlo... -vuelve a mirar al frente apretando la mandíbula y marcando el mentón, en un gesto de lo más sexy que provoca que sienta la necesidad de echar el freno de mano y sentarme sobre su regazo de inmediato.

La canción que pone a continuación es una de mis favoritas, y para nada le gusta a Marco, así que me sorprende que la lleve en su coche. Cuando te empecé a querer hace que mire boquiabierta a Marco, que se recuesta en su asiento y pasea su mano por mi muslo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Para que digas que no te escucho... -sonríe aún más.




-Entonces, ¿cuál es el plan? -le pregunto a Marco terminando de rizar mis pestañas.

Llevo unos vaqueros acampanados y un jersey blanco de cuello de pico que deja entrever un encaje negro de lo más fino pero al lado de Marco, vestido con ese jersey negro de cuello alto que le queda tan pegadito, unos vaqueros desgastados y una cazadora vaquera ya puedo vestir de Chanel, que voy a parecer un saco de patatas.

-Hemos quedado por Malasaña con todos. Iremos a algún garito, nos tomamos un par de cervezas y antes de irnos a cenar se lo decimos -me mira a través del espejo con una devoción a la que todavía no me he acostumbrado. Esto es lo que se conoce por amor.

Termino de repasarme las ondas y le digo que ya estoy. Cuando me cuelgo el clutch al hombro él me pone el solitario de Tiffany y no me doy cuenta hasta entonces que estoy temblando como una hoja.

-Irá bien, mi amor. No te preocupes -toma mi cara entre sus manos y me da un beso en la punta de la nariz.

Quedamos con todo el mundo a las puertas del Palacete Fortuny y hace un frío que cala hasta los huesos. Marco está abrazándome para entrar en calor cuando aparecen Lucas y Maca, como siempre los primeros.

-¿Hemos quedado para vernos o para ser protagonistas de cómo os dais el lote? -Lucas como siempre, tan fino.

-Envidia la tuya -le contesta Marco con una sonrisa de oreja a oreja.

Intento ocultar un poco el anillo, pero resulto tan torpe que me da la sensación que Maca lo ha visto por como me sonríe con cariño. Después llegan Nacho y María, Álvaro y Vero (que se echa a llorar como una magdalena en cuanto me ve), Sergio y una tal Marta y por último, como no iba a ser menos aparecen Isco y Sara, sonrientes como si no llegaran veinte minutos tarde.

-Joder macho, ya te vale... -empieza Nacho renegando del frío.

-Perdón, perdón pero que sepáis que lo bueno se hace esperar -se excusa el malagueño.

-Esperar una mierda, tengo los pezones para rayar diamantes, Isco -protesto de broma lanzándome a sus brazos. Mi hermano mayor de otra sangre, como lo he echado de menos, joder...

Mientras cenamos soltamos la bomba y a partir de entonces todo se apabulla con felicitaciones, preguntas y exclamaciones al ver el precioso anillo que Marco eligió. Estamos cada uno en una punta de la mesa y aún así siento una corriente cada vez que me mira mordiéndose el labio inferior.

-¡Es precioso! ¿Tú desde cuándo tienes tanto gusto, chimpancé? -Sara como siempre va picando a Marco lo que nos hace soltar a todos una carcajada.

-Desde que me quiero casar con ella y no contigo, cielo -le devuelve el golpe.

-No te metas con la madre de mi hijo o cobras... -Isco intenta defender a Sara pero Marco es más rápido y le hace un capón.

Después de la cena pasamos a la parte de fiesta y mientras espero a que Marco me traiga mi archiconocido Gin-tonic dejo el bolso en el taburete que toca a la pared. Cuando llega, me lo pasa y tras darle un trago aprovecho para apoyar la cabeza en su pecho, pues aunque él esté sentado en el taburete y yo de pie sigo siendo varios centímetros más bajita.

Pasamos la noche bromeando hasta que una melodía me resulta familiar. Cuando giro la cabeza, me encuentro cara a cara con Álvaro, cantando con su grupo la versión acústica de Gitana de Madrid. Le sonrío y saludo con la mano, y él me guiña un ojo, en lo que creo que es un saludo.

Cantan un par de canciones más y Marco nos mece sin prestar demasiada atención a la voz que tan poco le gusta. Reímos varias veces más con las bromas de Isco y dejo que el calorcito del alcohol vaya adueñándose de mi cuerpo.

-Sabía que eras tú en cuanto he escuchado que te reías... -la voz ronca de De Luna me tensa en un brinco. Me repongo rápidamente y le doy dos besos para pasar a presentárselo al grupo después.

-¿De qué os conocéis? -pregunta Maca. Al ver cómo Marco presta atención a mi cara, bajo la mirada al suelo y me concentro a mover los deditos dentro de los tacones, esperando a que Álvaro responda.

-Pues... coincidimos de fiesta, me enteré de que a Emma le gustaba el grupo y le invité a...

-A un concierto aquí en Madrid -salto evitando la cena que mantuvimos hace un par de noches-. Te tengo tomada la palabra...

-Claro, por mí cuando quieras... Tú me avisas y...

-¿Podría ir yo también? -Marco se cuadra a mi lado pasando una mano por mi cintura para atraerme hacia él-. Emma habla tanto de vosotros que me ha creado curiosidad... Ya sabes, ver ese talento que dice que tienes para cantar y tocar... -por un segundo pienso que va a decir las narices- la guitarra.

-Claro tío. -Álvaro traga saliva con dificultad después de mirarme-. Ven si quieres, pero no creo que tu seas muy parecido a una Gitana de Madrid -sonríe con gesto burlón-, creo que Emma da más el perfil de la persona en que pensaba cuando compuse la canción...


Anything for you  [SAGA THINGS #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora