Capítulo 43

399 31 28
                                    

Álvaro

Me enteré demasiado tarde de lo que le había ocurrido a Emma. Demasiado tarde como para llamarle y escuchar el silencio que ofrecía como respuesta. Demasiado tarde como para ir a verla y abrazarla, por mucho que ni te mirara cuando lo hacías. Demasiado tarde como para demostrarle que yo estaba ahí, que quería que se apoyara en mi hombro, porque por más que tuviera a Marco, él también necesitaba dejarse apoyar en alguien más.

No dudé ni un segundo en lo mal que lo estaría pasando el mallorquín, no solo afrontando su propio duelo, sino que también estaba cargando con el de Emma. Con el duelo y con su vida en general.

Por teléfono me contó que parecía que se había dejado ir, que por más que él intentaba hablar con ella, por más horas que pasaba sentado delante de ella, Emma no le veía. Emma no estaba ahí ya. Y por mucho que me jodiera que le hubiera elegido a él, Marco era un buen tío. Y de todos modos Emma era mi amiga, coño, quería lo mejor para ella así que si el once me llamaba para que tratara de devolverle algo de vida, que narices, me volvía para Madrid sin penármelo dos veces.

Y sin dormir una mierda también, para ser sinceros.

Salí de Sevilla hacia las diez de la noche y me recorrí los 530 kilómetros en apenas tres horas, no podía esperar, no tenía tiempo que perder si quería que Emma se recuperara lo antes posible. Maldije a todos los Santos que conocía que en el preciso momento de entrar en la provincia de Madrid mi Spotify reprodujera aleatoriamente We Might Be Dead By Tomorrow de SOKO, así que salté la canción sin pensarlo dos veces. Lo que me faltaba, canciones depresivas a las tres de la madrugada.

Dudé bastante si debía ir directamente a su casa o debía esperar hasta la mañana, pero para cuando quería tomar la decisión en firme de ir a buscar algún hotel que no me clavara un pastizal por las horas me vi entrando en la maldita urbanización del futbolista. La cuestión era, ¿ahora llamaba al timbre o no? La gota que colmó el vaso fue el ver una diminuta luz a través de la ventana de la entrada así que tras armarme de valor, repensármelo y respirar hondo unas cuantas veces me armo de valor para llamar al timbre.

-¿Qué haces aquí a estas horas? -un par de minutos después aparece Marco en pijama y despeinado, mirándome con interrogantes en los ojos.

-No podía dormir y... conducir me relaja.

-Pasa -debo admitir que nuestra "relación" ha mejorado exponencialmente, pues nos saludamos con una palmada en la espalda, como viejos amigos y no como dos hombres enamorados de una misma mujer. Joder, casi podríamos protagonizar la famosa canción de Bustamante -Está en el sofá. Adelante.

Tanteo la situación con cuidado y al sentarme en el sofá me deshago de la cazadora vaquera y la dejo a un lado, apoyando mis codos en las rodillas, mirando a Emma indirectamente pero con la vista fija en ella.

-Buenas noches bonita... -susurro con apenas aire, pero la catalana ni se inmuta. Joder... -Como no me hablabas por el teléfono pues he decidido venir a hacerte una visita y así que no puedas pasar de mí, que vale que soy un poco pesado pero...

Nada.

Decido acercarme a ella y rodeo sus hombros con el brazo, acercándola a mi cuello para poder darle un beso en la sien. ¿Dónde está la Emma que me habría hecho cosquillas si dejo mis costados expuestos?

No sé a ciencia cierta cuanto tiempo estuve hablando con ella, bueno, mejor dicho que estuve hablándole, pero sé que Marco se marchó escaleras arriba poco después de que yo llegara. Por suerte o por desgracia Emma explotó conmigo.

-¿Cómo estás, cariño? Vamos... cuéntamelo, estoy aquí, soy tu amigo...

Por primera vez en una semana, según lo que me contó Marco, giró el cuello y me mira. ¡Me miró! Cuando abrí los labios para articular palabra vi como sus ojos se llenaban de lágrimas y antes de que pudiera decir algo que le sirviera de consuelo gritó. Sollozó acurrucada contra mi pecho mientras yo la mecía suavemente como a una niña chica. Sus puños cerrados chocaban sin fuerza contra mi pecho pero yo no me moví ni un milímetro.

No pensaba irme de su lado ahora que más me necesitaba.


Anything for you  [SAGA THINGS #3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora