𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang Jeongin

愛「40」

━━━ ཹ։ Puedo explicarlo

— ¿Sabe, señor? Esta es mi primera ve montando en la serpiente gigante de metal... — Renjun confesó mientras se miraba el paisaje por la ventanilla.

— Tren... Se llama tren. — Jeongin le aseguró mientras miraba la hora. Seúl estaba a una hora en tren, y aún se estaba replanteando como encontrar el templo de Yesul en medio de la enorme capital. Un chico de pueblo como él no había andado mucho por la gran ciudad, así que no quería perderse.

— ¿Tren? ¿Qué tontería de nombre es esa? Como coche... ¿Por qué llamaríais coche al carruaje de metal tirado por doscientos caballos invisibles? — Le replicó el dokkaebi mientras seguía mirando por la ventana. — Los humanos estan obsesionados con el metal. Ahora todo es de metal.

— En realidad están obsesionados con el plástico, por eso las tortuguitas se mueren. Hay que dejar de consumir plástico, Renjun. — Dijo apretando su puño, estaba muy pendiente de las corrientes ecológicas desde hacía unas semanas, porque era de lo que el club de debate había estado discutiendo antes de que se acabaran las clases.

— He escuchado del maligno plástico, ¿Pero qué es exactamente? — Preguntó mientras se subía a su regazo. Jeongin estaba entado en uno de los asientos más próximos a la puerta, y a su lado iba un par de colegialas que iban a pasar el día de compras. Entre ellas susurraban, y él pensaba que era porque les parecía guapo, pero en realidad estaban murmurando sobre como hablaba solo, llamándole loco.

— El plástico es un material hecho de un líquido negro formado a base de cadáveres que han sido devorados por unas criaturas diminutas, los desechos que dejan es con lo que se hace el plástico. — Explicó como si estuviera hablando como un niño pequeño. — Seol te puede explicar esto mejor que yo, luego la llamas para que te lo explique, como el asunto del arcoiris. 

— No me puedo creer que usted pensara que el arcoiris fuera la luz refractada en las gotas de lluvia que permanecen en el cielo. Todo el mundo sabe que los arcoiris son la estela que deja Giju, el dios del clima cuando está feliz. La señora Kyun Seol Jin me respondió aquello nada más hacerle la pregunta, pero usted seguía con el royo de las gotas de agua. No me intente engañar... — Renjun lo señaló y Jeongin suspiró llevando una mano a su frente.

— Ya. Seol te leyó la leyenda del arcoiris, ¿Por qué tú no lo sabías ya de antes? Vas a cumplir ciento ocho años el mes que viene. Ya estás mayorcito para saberte la historia de tu mundo. — Le recordó dando cachetadas en su trasero. 

Las chicas se fueron de allí, puesto que para sus ojos, Jeongin estaba golpeando al aire. Decir que tenían miedo era poco, pero él se lo tomó como timidez por su increíble apariencia. 

— Lo siento, señor. Soy curioso, pero no me gusta estudiar. — Al escuchar eso, el dios de los pájaros sonrió.

— Eres igual que yo. Aigoo... — Tiró de sus cachetes y negó con la cabeza. — No te preocupes, tú eres un duende inteligente. No tienes nada que envidiarle a ninguno de los duendes de los otros dioses. 

— Eso es verdad. Jisung y Haechan son muy tontos, en realidad. El único que puede competir contra mi nivel es Chenle. — Contestó mientas se acomodaba en el regazo de Jeongin, observando como un puñado de fantasmas estaban marujeando en la esquina del tren, hablando de sus descendientes vivos y sobre como iban a entrar en grandes puestos de trabajo en la capital. Parecían que eran personas que habían muerto en el tren durante el trayecto a Seúl para ir a trabajar. 

De un momento a otro, el teléfono de Jeongin comenzó a sonar, sacándolo del trance, puesto que estaba ocupado cotilleando la conversación de aquellos fantasma, y es que la historia del hombre oficinista que se enamoró de una universitaria  con novio parecía muy interesante.