愛「39」

440 120 152
                                    

━━━ ཹ։ Tenemos que hablar

En mitad de sus vacaciones de invierno, Jeongin sabía que aquel día sería su última sesión con el dios de la familia. Había trabajado muy duro en el paraíso, con la ventaja de que allí el tiempo corría de forma diferente, había decidido pasar todo un turno laboral, todos los días, trabajando con para  Dasan. Había aprendido mucho de su estancia en el infierno y en el paraíso. Y hacer un trabajo más manual en lugar de físico había sido sanador, su cuerpo había descansado durante aquel mes de enero y de febrero y también había desarrollado el hábito de sentarse frente a su escritorio para ponerse a trabajar.

Aquellas vacaciones si que había completado su tarea en cuestión de un par de días. Jisung se sorprendió muchísimo el día que Jeongin llevó todas sus tareas hechas a clase por primera vez, pero se sorprendió mucho más cuando durante una llamada en el cuarto día de vacaciones, Jeongin le confesó que había realizado todo el trabajo que le mandaron para repasar antes de comenzar el siguiente curso durante la primavera.

El día anterior, trabajando con Yiren, fue a buscar el lovómetro antes de salir del palacio de Dasan, y menuda fue su sorpresa al ver la energía, en forma condensada y de color rosa, rozando la cúspide, el tope...

Ese día volvió muy feliz a casa, casi dando saltitos junto a Renjun. Quien también lo había pasado muy bien en el paraíso, atormentando a los fieles oficinistas del palacio de Dasan y siendo granjero junto a Mark en el huerto de las hojas para el té. 

— Muy bien, Jeongin. Hoy es tu último día aquí con nosotros. Me siento honrada de que pases tu última jornada conmigo. — Lia apareció por la puerta cargando con una bandeja llena de pastas, galletas y una jarra de zumo de naranja recién exprimido por los cocineros de Dasan.

— Yo sé que me vais a extrañar.— Respondió el mortal con una gran sonrisa ayudando a aquella Siljae a dejar las cosas sobre el escritorio. Lia siempre tenía comida en su oficina para picotear mientras trabajaban, A veces empezaba a cantar, y la verdad es que ella sonaba muy bien. Podía decir que tanto como él, y eso era un halago, porque Jeongin estaba muy seguro de sus habilidades para el canto y la oratoria. 

— En realidad, quien más te va a extrañar está aquí. — La chica suspiró mientras abría la puerta. El dios cayó al suelo, dejando en claro que los estaba espiando. Al ver al mortal, Dasan comenzó a lloriquear como un niño al que le habían quitado su juguete.

— ¡No puedes irte! ¿Con quién voy a jugar al Uno ahora? ¿Quién va a tomar el té conmigo y va a escuchar mis cotilleos? — Empezó a patalear en el suelo, moviendo la tela de su traje naranja de arriba a abajo, agitando sus brazos y las mangas vaporosas. 

El chico se agachó para ayudar al dios a ponerse de pie. — Siempre puedes invitar a Aisoon, Felix... No te podías encariñar conmigo... Sabías que me iba a ir. — Le dijo mientras reía, dándole unas  palmaditas en la espalda.

— Ella está siempre ocupada, y como ahora ha vuelto con Hyunjin, su tiempo libre se lo da a él... ¡Maldito! — Se quejó mientras mordía un pañuelo que sacó del bolsillo de su traje. Jeongin rio torpemente. — ¿Cuánto te queda por llenar? — Preguntó mientras sorbía su nariz. 

— Teniendo en cuenta que estoy trabajando con Lia esta tarde, y ella es la segunda que más energía me da. Me queda firmar un par de papeles y habré acabado. — Respondió mientras pensaba. 

— Corrijo, te quedan tres firmas que poner para rellenar el frasco. — Una voz se escuchó de fondo. Los tres presentes miraron hacia arriba para encontrarse con la presencia de otros dios.

— Señor Yesul. Buenos días. — Lia hizo una pequeña reverencia. — ¿Qué le trae por aquí? — Cuestionó mientras observaba como Jeno salía por detrás del dios del conocimiento, sobando su cabeza... "No me digas que lo ha lanzado otra vez..." Pensó para si mismo mientras ponía una mueca de incredulidad.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora