愛 「11」

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━━━ ཹ։ Cómo restaurar un corazón roto

Los abuelos Yang y Jeongin estaban sentados en la mesa de la cocina, disfrutando de una agradable cena después de aquel día, uno como cualquier otro para los dos ancianos, un día más sobreviviendo para Jeongin. 

La abuela sirvió un cuenco de arroz más para el su nieto, aquel era el segundo que iba a comerse y es que estaba hambriento ya que no había tenido la oportunidad de comer en el palacio de Maum, pues estaba siendo guiado por este para ayudarle a reconocer las diversas habitaciones y a las criaturas que vivían en sus dominios. 

— Me alegro de ver que comes bien, hijo... — La mujer pasó su mano por su cabeza, acariciando su pelo mientras sonreía satisfecha. —Debe de estar muy buena la comida hoy. — La abuela Yang retomó sus utensilios y procedió a seguir comiendo en la mesa.

— Sí, hoy la comida sabe un poco más rica que de costumbre. — Afirmó el joven mientras metía la cuchara de metal de lleno en el bol con el arroz. — ¿Ha ido hoy bien el día? No he estado mucho tiempo en casa... ¡Pero! He vuelto a mi hora. — Señaló a su abuelo y le dedicó una mirada triunfante y este se cruzo de brazos dándole la razón. 

— Sí, eso es verdad, hoy has vuelto justo a tiempo, pero también has metido la bici en casa y has llenado la entrada de barro... ¿Has estado en las orillas del río o en el bosque? — Le preguntó con curiosidad al ver los paños sucios de barró en el fregadero. Jeongin afirmó mientras tomaba el vaso con agua que estaba en su lado de la mesa.

— Sí, hoy he tomado la bici y me he dado un paseo por el bosque que está al otro lado del río. — Respondió bebiendo el contenido del vaso. 

— Nosotros hoy tampoco hemos estado en casa de todas formas, nos hemos acercado el templo ya que se acerca el Suhwang y el señor Park ha enfermado, le duelen muchos las articulaciones, así que fuimos a ayudar, preguntó por ti. Se ha dado cuenta de que hace mucho tiempo que no te pasas por allí. — El abuelo llevó una mano a su espalda y soltó un suspiró. — Estamos mayores, la máquina empieza a estropearse... — Afirmó mientras se daba unos golpecitos en el hombro.

— No, no, no... Por supuesto que no, vosotros sois aún jóvenes... Abuelo, tú estás como un hombre de cuarenta. — Negó con una sonrisa mientras cerraba un ojo y movía su mano de un lado a otro para restarle importancia a sus palabras. — De todas formas iré cuando tenga tiempo para ayudar con los preparativos del Suhwang... — Uno de los días más importantes del año, en el Suhwang era la fiesta religiosa más importante del calendario.

Se celebra el dos de noviembre y ese día las familias, amigos y parejas acudían a los templos para agradecer a las deidades patronales de la ciudad, ofreciéndoles diversos alimentos y ofrendas, flores de diversos colores, se intercambiaban amuletos de la suerte entre amigos y se encendían velas para razarle a JaeSan y pedir buena suerte por todo el año, en el caso de Sinseong, ya que él era el protector de la región. Habían personas que llegaban desde distintos puntos de corea solo para pedirle, a la deidad de la fortuna, que les bendiga a ellos y a los seres queridos. 

La fiesta originalmente se organizaba como una fiesta de la cosecha, en la que una parte de los cultivos, se le ofrecía a los dioses para pedir ser protegidos de diferentes espíritus malignos, los conocidos como Agmas, demonios malvados que se llevaban a hombres y mujeres por las noches, atormentaban a los niños por las noches y arruinaban los alimentos de los pueblerinos, pero en la cultura moderna la tradición había trascendido a ser como una especie de día festivo, un festival de otoño para parejas o por el estilo, pero seguía teniendo muchas connotaciones tradicionales gracias a los más mayores que seguían presionando a ir a rezar además de pasar el día en el centro de la ciudad para festejar.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora