愛 「4」

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━━━ ཹ։ Las almas gemelas

El cálido rayo de sol que le despertó le dio la bienvenida a la realidad, sacándole de su sueño, del cual, con tan solo abrir los ojos, ya no tenía ni idea de que era. Miró hacía la ventana, y allí observó como Renjun estaba descansando sobre su manta, se veía mucho más pequeño que antes, debía ser porque con su tamaño original no podría dormir ni de broma en el hueco de la ventana. Sus pies estaban sobre su escritorio, por lo que había tumbado su lapicero cayendo algunos útiles escolares sobre la mesa.

Jeongin frotó sus ojos y recordó todo lo que había pasado el día anterior, desde aquel encuentro con la criatura que dormía en su ventana, hasta la amenaza del temible, pero extrañamente altivo, JaeSan. 

Sus manos empezaron a golpear su cabeza al darse cuenta de que nada había sido un sueño y que todo era tan real como la vida misma. "Como digas algo..." La voz de la deidad seguía resonando dentro de él como si fuera un mantra. ¿Iba a ayudarlo? Claro que iba a ayudarle, pero a perder el sueño.

Suspiró con pesadez para sentarse en la cama, Seguía siendo domingo, los deberes estaban hechos y no había exámenes, al menos no muy cerca, así que era el día perfecto para vaguear por los alrededores, salir con su bici o ir a tomar el ferry para ir a la estación de tren y pasar el día en la capital. No sonaba mal, podía invitar a Jisung con él y acercarse a la tienda de juegos y comprar alguno de ellos con su paga. 

Lo que más quería era sacarse cualquier recuerdo desagradable de la cabeza, era lo que más deseaba, así que todo lo que tenía que ver con el ocio era un buen plan, como era lógico, la idea de estar involucrado en todo aquello le llamaba de todo menos la atención, en realidad le daba bastante miedo. "Tiene programada una cita mañana con la encantadora Maum, todo poderoso Yang Jeongin"

Sus ojos se abrieron lentamente al escuchar la voz de Renjun en su cabeza. Negó mientras se dejaba caer, tomó su almohada y la dejó sobre su cara para dar un gran alarido, que aunque el cojín opacó gran parte del sonido, este fue audible, y más para la pobre criatura que estaba a su lado durmiendo placidamente. Se puso de pie enseguida al creer que había peligro, pues creyó que lo que había escuchado era una mujer gritando, pero para nada era eso, así que volvió a enfundar su espada de madera al ver que tan solo se trataba de Jeongin. 

Se bajó del hueco de la ventana y volvió a retomar su tamaño original, o sea, más o menos, metro y medio. Se acercó al "todo poderoso" y tocó su rodilla con curiosidad. Jeongin quitó la almohada de la cara para ver algo asustado a Renjun. 

— Señor... ¿Está bien? — Le preguntó con verdadera preocupación. — ¿Es está una tradición extraña de las deidades de las aves? No sé si podré acostumbrarme a escuchar su canto toda las mañanas... — Al decir eso una idea pasó volando, con toda la ironía del mundo, por su cabeza. — No me diga que su símbolo es un gallo ... ¿Por eso canta por las mañanas? — Jeongin ni siquiera se molestó en responderle porque seguía siendo malditamente extraño tener a un "duende" en su habitación y que este estuviera intentando mantener una conversación con él. 

Preferible fue preguntar directamente por lo que quería saber. Se volvió a sentar mientras observaba al dokkaebi. — Renjun, dime... ¿No tenía hoy una cita con Maum? — Le preguntó y este asintió rápidamente después de sacar un pergamino de su bolsillo.

— Por supuesto, nuestro señor JaeSan contactó a su hermana cuando te fuiste y ahora ella estará esperando en su templo... ¿A qué hora crees que deberíamos ir? — Le preguntó observando el sol por la ventana.

Jeongin comprobó la hora en su teléfono, aparato que se llevó toda la curiosidad de Renjun, al soltarlo, este lo tomó y comenzó a observarlo desde todas las perspectivas. Hasta que encontró el botón de encendido y la pantalla se iluminó, haciendo que Renjun se asustara.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora