━━━ ཹ։ Mariposas en el estómago
Estar sentado de rodillas justamente, delante de aquella... ¿Figura? ... De autoridad, lo tenía completamente ansioso, el mareo se le había pasado y tenía los puños apretando la tela de sus pantalones, La escoba estaba a un lado del kotatsu y sus ojos estaban pegados al vaso de té que estaba servido delante de él por educación. Renjun había desaparecido de allí creyendo haber cumplido su misión y realmente no se equivocaba mucho, pues JaeSan había orquestado todo para llevar al joven Jeongin a su palacio.
La deidad bebía tranquilamente, actuaba con mucha naturalidad, como si no supiera que había allí un simple mortal en su templo. Jeongin no podía evitar en ponerse en la peor de las situaciones después de haber hecho un repaso de lo que había ocurrido hasta aquel momento. Estaba más que seguro de que aquel dios era de todo menos tonto, o sea, era una clarividencia, un ser de las alturas que lo había llevado hasta allí, seguramente debía estar enfadado con él por esos diecisiete años de repudia hacía su persona... Bueno, si se le podía llamar persona a aquella deidad.
— Veo que no piensas hablar. — Soltó de repente haciendo que Jeongin subiera las manos para ponérselas sobre la cabeza y asustando así al altísimo. JaeSan dejó la taza sobre la mesa, ya estaba vacía, al contrario que la de Jeongin. — No tienes intención de beber tampoco... — El chico no podía subir su mirada siquiera, estaba demasiado asustado, nervioso... ¿Y cómo no estarlo? El ser más poderoso concebido por la razón humana estaba delante de él tomando té verde... Aquello era inconcebible, irreal, un mal sueño... — Te he pedido que te sientes, no que te calles...
— ¿Va a borrar mi existencia de la faz de la tierra? — Preguntó temeroso mientras frotaba sus rodillas entre ellas, estaba de todo menos tranquilo. JaeSan comenzó a reír con fuerza, sacando sonoras carcajadas mientras aplaudía, le hacía demasiada gracia aquella situación, no se podía creer que en mil años a la primera persona a la que se le aparecía era a un adolescente que estaba constantemente culpándolo de todo, la vida humana desde luego era un chiste, uno muy divertido.
— Podría hacerlo solo con levantar el dedo... — Dijo de forma horripilante pintando una siniestra sonrisa en su rostro, Jeongin agachó su cabeza de nuevo al ver los ojos penetrantes de aquel dios de la fortuna. — Pero, por suerte para ti, soy una figura caritativa que busca el bienestar de mi gente, sea entendido como, la ciudad se Sinseong. Me temo que el tema por el que te he traído no es para terminar con tu sufrimiento. — Explicó cambiando de nuevo su rostro para volver a portar su mejor gesto de cordialidad.
— Entonces... ¿Hoy no voy a morir? —Preguntó subiendo un poco la mirada para ver aquel, pudo observar como una tetera clásica recubierta de mismísimo oro servía un poco más de la bebida caliente en la taza de la deidad. Al hacer aquella pregunta JaeSan observó el líquido con una sonrisa.
— El palito de té ha caído de pie, eso es buena suerte... — Lo felicitó haciendo que Jeongin sonriera con ironía.
— Buena suerte... Que gracioso. — Dijo por lo bajo, se le había escapado, era consciente... Y JaeSan había escuchado perfectamente aquellas palabras, notando todo el rencor en ellas.
— ¿Me puedes explicar, por favor, por qué se supone que soy yo el culpable de que todo te salga mal? Crees que tengo tan pocas cosas que hacer que he decidido tomarla con un pobre niño y me dedico a arruinarle el paso por el mundo terrenal ¿Verdad?... Cuando me aburro salgo a jugar a las cartas con mis hermanos. — Pidió una respuesta con verdadera curiosidad. Jeongin se maldijo por dentro y llevó una de sus manos a su nuca pensando en como excusarse, pero antes de disculparse se dio cuenta de un detalle mucho más importante.
— Espera, entonces ¿No estoy maldito o algo por el estilo...? — Volvió a preguntar, JaeSan notó como sus ojos brillaban ante aquella pregunta, seguramente esperando una respuesta alentadora.
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𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang Jeongin
Fanfiction❸ 𝐓𝐋𝐆𝐋〡 ❝─Lo siento, pero no creo en esas cosas como el destino, el hilo rojo o la historia del alma gemela...❞ ❝─Menos mal, no sabía como decirte que esos eran métodos pasados de moda. Si quieres encontrar el amor, solo tienes que rezarme a mí...