愛「41」

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━━━ ཹ։ El amor duele, sea bueno o malo

Jeongin acababa de salir de la biblioteca de Yesul. Fue un primer día de trabajo bastante interesante para él, incluso lo encontraba satisfactor, porque tenía que ordenar y organizar, también limpiar. El poder ordenar todos los pergaminos y royos de papel de aquel dios fue de lo más placentero, porque luego se daba la vuelta y se encontraba con pasillos simétricos, limpios y completamente organizados, daba incluso gustito ver el panorama. También se paró varias veces a leer algún que otro papel, y había aprendido varías cosas allí dentro. Cómo por ejemplo que la fuerza con la que bombea un corazón podría mover un coche. 

Yesul lo dejó justo en la estación de tren, pero no en la de Seúl, sino que le ahorró el viaje en tren y lo llevó directamente a la de Yeolcheon, que era donde tenía que coger el tren para llegar a la ciudad. Junto a Renjun, sacó su bicicleta del lugar en el que se aparcaban y comenzó a pedalear para ponerse de camino al puerto en el río y así poder tomar el Ferry que lo llevaría a la otra orilla, donde estaba el camino para volver a casa.

Mientras iba en la bicicleta, notó como Renjun se había quedado dormido dentro de la cesta, sonrió y se quitó su bufanda para dejarla sobre el Dokkaebi, tapándolo para que no se resfriara, ya que al dormir, la temperatura corporal disminuye.

Pronto llegó al puerto, y el barco llegó casi a la par que él, hizo rodar la bici dentro de la cubierta y se sentó en la parte de atrás, disfrutando de la vista del río en pleno atardecer, se comenzaría a poner oscuro en breves, seguramente al llegar a casa sería de noche, así que supo que había salido con el tiempo justo. Era increíble como el dios lo tenía todo calculado.

Dejó que su cabeza descansara, solo sintiendo la brisa golpear su rostro, levantando el cabello de su flequillo para así despeinarlo. Suspiró y se dejó caer en las barandas  de seguridad, apoyando su espalda para cerrar los ojos por unos segundos.

— ¿Estás cansado? — Una voz femenina se escuchó a su lado. Abrió los ojos sabiendo de quien se trataba. La sirena del Ferry sonó justo en el momento en el que aquella adivina se dejó ver sentada a su lado, en la dirección donde antes estaba mirando el río y en la que no había nadie. Miró a su alrededor, comprobando si alguien veía raro aquello, pero todos los pasajeros estaban dentro de la cabina del barco, sentados dentro. 

— ¿Qué está haciendo aquí? — Preguntó, encogiéndose en el sitio para aferrarse a su bicicleta. La mujer dejó salir una pequeña risa y giró su rostro para mirar al frente. Jeongin observó como seguía llevando la misma ropa de siempre, aquella con la que la conoció durante la sesión de espiritismo. 

— Vengo a felicitarte. Has conseguido descubrir todo. ¿Verdad que Changjo es un dios interesante? Siempre hace las cosas a su modo, es normal que JaeSan se enfade con él. El dios de la fortuna tiene una forma de pensar muy simple, no puede comprender las intenciones del creador. — Habló mientras dejaba sus manos sobre las rodillas, apretando la tela de su túnica roja.

— ¿Cómo sabes que ya se ha descubierto el pastel? A penas pasó hace unas semanas... — Jeongin se interrumpió lentamente al ver como la mujer sonreía de nuevo ante su afirmación.

— Pude ver que iba a ser de ti, Jeongin. La última vez que nos vimos te hice una advertencia, te conté que era lo que estaba pasando... Me alegro de que me hayas escuchado y te hayas concentrado en saber quien eras. Dime ¿Qué piensas de tu caso? De lo que sucedió hace tantos años... — Pidió mientras cerraba los ojos para sentir como el barco subía y bajaba debido al caudal del río.

— Pienso que es muy injusto. Changjo solo dejó que Aisoon y Hyunjin pensaran que yo... Que Hoon, era el culpable. — Se corrigió. — Pero en realidad él no hizo nada, solo querer a Lim y hacerla feliz. Aún así, si lo miras desde otro punto de vista, puede que si Hoon no hubiera consentido los caprichos de Lim nada hubiera sucedido. También estoy en gran parte molesto, porque parece que Seol y yo solo somos herramientas para ayudar a Hyunjin y a Aisoon a ser mejores dioses y personas. En todos mis sueños, nunca vi un comportamiento cuestionable en Hoon, él no era malo... No se merecía ese castigo. —La mujer asintió ante las palabras de Jeongin, comprendiendo lo que quería decir.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora