𝐄 𝐩 𝐢 𝐥 𝐨 𝐠 𝐮 𝐞

724 104 243
                                    

━━━ ཹ: Días del futuro presente

— ¡Callaros, callaros que ya despierta! — Aquella voz... Parecía familiar. Sonaba dulce, cálida, como una brisa de verano.

Shhh... Aquí la única que está hablando eres tú. — Otra voz estridente se escuchó en contraposición.

— ¿De verdad? — Preguntó la anterior con preocupación.

— Chicos, chicos... Calma. — Aquella sonaba grave pero juguetona. — Jeongin... ¿Puedes reaccionar?

— Acabó de meter su alma en su cuerpo muerto después de usar lo que le quedaba de energía vital para rejuvenecer, debe de estar molido. — Aquella queja taladró su oído, haciéndolo pitar por unos segundos.

— Yo dije que le podía dar un bastonazo y devolverle del golpe a los veinte, pero tú insististe en cumplir con tu papel de manipulador de almas. — Milae sacudió sus dedos frente el rostro del chico, y en ese momento reaccionó. Su expresión se volvió un poema al reconocer aquellos rostros, los señaló uno a uno y su sonrisa comenzó a ensancharse. 

— ¡Ha reaccionado! — Dasan festejó aplaudiendo frenéticamente.

— Bienvenido, Jeongin. — Maum le sonrió con calidez y ternura, le ofreció su mano  y lo ayudó a levantarse. Al mirar a su alrededor, se vio envuelto por los paisajes exóticos del paraíso y el sonido del agua a sus espaldas, reconocía aquel lugar, estaban cerca del templo de Dasan, aquello era increíble. El chico se llevó las manos a la cara asegurando que había funcionado, que Changjo había cumplido su palabra. — Nos alegramos mucho de que hayas llegado por fin... Y siento lo de tu muerte, supongo.  — La mujer lo miró con cierta duda. 

El joven palpó su rostro, recordando que si estaba allí era porque ya había muerto en aquella vida siendo Yang Jeongin.

— Pero no pasa nada, has muerto de forma natural, tienes que sentirte orgulloso, no muchas personas mueren de viejos, la mayoría enferman, los matan, se matan por accidente. — Comentó el protector del Jiog con una gran sonrisa, aunque sus palabras de aliento no fueron muy bien comprendidas. 

— Aunque eso de la muerte digna no importa, solo las almas lo utilizan para presumir, así que tampoco es para tanto. — Yesul añadió después de cruzarse de brazos, haciendo que Jugeum dejará salir el aire por la nariz con cierta molestia por destruir parte de sus conceptos del honor con esa simple acotación.

No sabía que era lo primero que tenía que decir, miró su cuerpo, estaba claro de que tenía la misma apariencia que en su juventud, y además, conservaba el cuerpo, no era un espíritu más que iba paseando por allí. 

— Lo siento, estoy un poco fuera de mí todavía. — Fueron las primeras palabras que se le ocurrieron. Si que quedaban estragos de su muerte en el cuerpo, notaba todo ese malestar. 

Los siete dioses se miraron entre ellos, y después todas las miradas acabaron en Changjo. — Cumplí mi palabra. — Empezó a decir el creador, haciendo que JaeSan afirmara orgulloso. — Cumplí todos tus tres requisitos al pie de la letra... — Le hizo saber ya que era consciente de que no tenía recuerdos más allá del día del juicio hacia atrás. 

— ¿De verdad? — Su voz salió de él ilusionada. Dasan lo miró con cierta nostalgia, recordando aquellos días que pasaron juntos, por un momento se sintió emocional y se abrazó al brazo de Jugeum. Jeongin lo notó y lo miró con cierta duda. — ¿Cuántos años han pasado?

— Debo decir que, con mi maravillosa supervisión, has alcanzado a vivir unos formidables noventa y ocho años de vida esta vez. — Lo felicitó JaeSan mientras llevaba sus brazos a su cintura, adquiriendo una postura cargada de orgullo. Maum empezó a reír, aunque después le dio la razón.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora