愛「50」

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━━━ ཹ։ Hazlo a suerte y ganarás

Los dioses que acababan de llegar al gabinete de Changjo se miraron con cierta curiosidad en su rostro. No sabían todavía porque Maum los había citado con tanta urgencia a las siete deidades primordiales. Excepto Yesul, ninguno de los presentes sabían que estaba pasando. 

Jugeum se cruzó de brazos, sentado en su trono al lado del de JaeSan, quien aún no llegaba. Hizo contacto visual con Dasan y le miró inquisitivo.

— ¿Por qué estamos hoy de repente aquí? Tengo cosas que hacer, va a haber un desprendimiento en una montaña llena de escaladores y no puedo llegar tarde? Si dejo espíritus sueltos por el bosque van a causar revuelo. — Sonó molesto mientras daba golpes con su pie derecho en el suelo.

— Sé tan poco como tú.  Me llegó ayer la carta que decía que teníamos que venir, Soobin la leyó mientras jugaba a las cartas con Mark y me quede tan descolocado como estás tú ahora. — Le respondió el dios de la familia desde su posición, junto al gran trono de Changjo. 

— Y además llegan tarde, que falta de puntualidad más grosera. — Milae lanzó el comentario desde el otro lado de la sala, apuntando a Yesul. — ¿Verdad?

— Están al caer, paciencia. Tú eres el que menos debería quejarse del tiempo. — Le recordó su hermano menor haciendo reír a la deidad del tiempo.

— No tengo todo el tiempo del mundo, Seungmin. — Respondió al dejar su cetro sobre su regazo. — Ni siquiera Chan ha llagado todavía, y estamos en su propio palacio. — Por falta de diversión, sacó sus canicas del bolsillo del traje y comenzó a lanzarlas y a jugar con ellas. A Jugeum le corría el miedo por la sangre cada vez que veía al mayor hacer aquello.

— Como si no tuviera miedo de matarnos a todos. — Afirmó por lo bajo. 

— ¿Qué puede estar haciendo Chan para tardar tanto? Si está en sus aposentos solo tienen que bajar unas escaleras y cruzar el pasillo para llegar hasta aquí. — La deidad del matrimonio procedió a recibir un toque de atención de su dokkaebi, quien le señaló la puerta. 

— Parece que ya llegan. — Haechan habló en el oído de Milae y este asintió, dejándole paso a que saliera de la sala con el resto de los ayudantes. Jeno se inclinó frente a Yesul y se aproximó junto a Jisung, el dokkaebi de Jugeum, a abrir la puerta para los otros tres invitados que faltaban. 

Chenle y Nana ayudaron a sus compañeros a sujetar la gran puerta, y cuando los dioses entraron, Yukhei cerró el portón para dejar a los siete en completa confidencialidad. 

— ¡Por fin! — Gritó Milae, sacándole un pequeño susto a Maum. 

— Lo sentimos, teníamos que ir a hablar con Jeongin antes de reunirnos. — Explicó la diosa del amor mientras era acompañada por Changjo para sentarse en su respectivo lugar, justo a su lado. 

— ¿Con Jeongin? — Dasan cuestionó mirando a su amiga desde el otro lado del trono de Changjo. — Un momento, Aisoon, ¿Has hablado con él tranquilamente y ahora estás haciendo está reunión? ¿Ya todo está bien? — La ilusión era palpable en su voz, estaba dispuesto a levantarse de su asiento y abrazar a su compañera en cualquier momento por la alegría que albergaba dentro de él.

— Sí, todo está bien. — Y aunque Maum debió ser quien respondiera, Yesul fue quien lo hizo por ella. — Ah, perdón. Es la costumbre. — El dios se disculpó y Milae rodó los ojos. 

— De todas formas, ¿Por qué habéis tenidos que reuniros con el chico antes de venir aquí? ¿Chan también ha estado allí? — Jugeum inquirió echándose adelante para juntar las manos sobre sus rodillas. 

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora