愛 「6」

1.7K 201 109
                                    

━━━ ཹ։ Problemas en el paraíso 

— Puff... No me digas que te has hecho la interesante, profunda y comprensiva delante de él... — El dios de la fortuna se mofó con una gran determinación de su hermana, como si su puesto de deidad dependiera de las ganas que le ponía a reírse de Maum. 

— ¿Eh? ¿Cuál es el problema? — Preguntó llevándose una mirada petulante de JaeSan. — Soy una deidad interesante, profunda y comprensiva... — Habló ella haciéndole reír de nuevo, soltando unas grandes y profundas carcajadas que la sacaban de quicio.

— Le has mentido descaradamente a ese pobre chico, ahora creerá que puede confiar plenamente en ti y en tus habilidades, pero tú... Tú... — No pudo contener más la risa y volvió a carcajearse dando golpes en la mesa que compartían y donde estaban hablando después de que ambos se dejaran caer en el palacio de Changjo. — Por favor, eres una deidad muy infantil... Llevas años sin cumplir realmente con tus obligaciones, te dedicas a cotillear la vida de los mortales, los observas todo los días como si fueran tu programa favorito... Si ese chico depende de ti, entonces está apañado... — Maum dio un golpe en la mesa al escuchar aquello último y apuntó a su hermano con una gran furia retenida en sus gestos abruptos y coléricos.

— ¡Hyunjin! ¡Te recuerdo que estamos juntos en esto! Si hubieras vigilado mejor a tus protegidos o si te hubieras dado cuenta antes de que algo iba mal con ese chico no estaríamos metidos en esto, podrías haber ido tú a hablar con Chan y él lo hubiera solucionado hace mucho. — JaeSan abrió la boca incrédulo de lo que había escuchado. 

— ¿Ahora la culpa es mía? Yo no me ocupo de las relaciones de mi gente, solo de lo bien que pueden vivir sus vidas... — Le recordó con el ceño fruncido. Maum dio otro golpe en seco en la madera de la mesa, asustando a la deidad de la fortuna. 

— ¡Nunca había pasado esto! Ni siquiera he tenido contacto con él antes ¿Es culpa mía entonces? Nunca había notado su presencia en este mundo, ni lo había visto, pero ah, tú siempre estabas quejándote del mortal que tenía dos pies izquierdos y era el mayor error de toda tu existencia. Podrías haber tenido un poquito de interés, ya que es parte de tu pueblo, y haberte preguntado que estaba mal con él en lugar de intentar barrer el problema debajo de la alfombra. — Los dos se observaron de forma intimidante, lanzando rayos con sus ojos, no iban a llegar a los puños, pero podían despertar al día siguiente teniendo la piel verde y llena de verrugas o aparentando tener más de ochenta años. Las maldiciones estaban a la orden del día entre el reino de los cielos. 

— Por favor, dejad de pelear, os estaba escuchando desde el templo, vais a gafar a todas las personas que vienen a rezarme como sigáis así. — Changjo entró por la gran puerta de la sala. — ¿Qué es todo este escándalo? ¿Porqué estáis peleando? Esta vez. — Con las manos a sus espaldas caminó hasta ellos para quedar presidiendo la mesa en la que los dos estaban sentados. Ambos se apartaron la mirada y se cruzaron de brazos para mirar a lados opuestos. 

— Explica tus irresponsabilidades. — Ordenó ella con voz demandante. 

— Explica tú las tuyas. — Respondió de mala gana él. 

La deidad de la creación y padre de la humanidad se cruzó de brazos y suspiró cansado. 

— ¡Egolatra!

— ¡Aniñada!

— ¡Ya está bien, los dos! — Maum y JaeSan se quedaron callados al momento cuando escucharon el profundo grito de Changjo, quien estaba aturdido por aquella pelea sin sentido. La deidad de la fortuna arregló sus ropajes y miró al primordial de los dioses.

— Bueno, ya que, alguien... Se niega ha contarlo, incluso sabiendo que está plenamente relacionado con sus deberes, tendré que hacerlo yo... — La mujer dejó salir una carcajada seca pensando que aquello era propio del señor de las monedas.

𝐓𝐡𝐞 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐥𝐲 𝐠𝐨𝐝𝐝𝐞𝐬𝐬 𝐨𝐟 𝐋𝐨𝐯𝐞〡 Yang JeonginDonde viven las historias. Descúbrelo ahora