Una misión, un traidor y algo más...

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Narra Mike

-No, he dicho que no y no voy a dejarte hacerlo -Sentenció Wolfver,

-¿Qué no me vas a dejar? -Repetí con cierta indignación, como si él pudiera decidir por mí.

Respiré con profundidad buscando las palabras adecuadas en respuesta, mientras me observaba de brazos cruzados y a pocos metros de mi. Ciertamente imponía más a poca distancia, sobre todo por la diferencia de estatura.

-Volveré a repetirlo todo desde el principio, y si no se te ocurre una idea mejor lo dejamos. -Wolfver asintió con rostro serio- Usaré el gel de baño otra vez para que mi olor se camufle, así mientras todas las aves distraen a los osos desde el aire, yo me acercaré cautelosamente hasta el lugar donde se encuentran todos los secuestrados y liberarlos. Después de ponerlos en libertad, huiremos hasta el filo del barranco, donde tú darás la señas desde el otro lado cuando nos veas y allí seremos rescatados por las aves que se encuentren sobrevolando la aldea. -explique muy confiado.

-¿¡Y por qué no soy yo el que se hecha esa cosa y se ocupa del rescate!? -Protestó

-Bien, en primer lugar eres el doble de grande que yo, así que eso de mantenerte oculto sería bastante más difícil, en segundo lugar el jabón me hará más efecto a mí porque no estoy cubierto de pelaje, y en tercer lugar debo hacerlo yo porque esos osos vinieron por mi culpa.

En ese momento Wolfver no dijo nada, solo gruñó disgustado al no poder seguir debatiendo en mi contra. Supuse que la discusión se había terminado, por lo que me giré decidido para ir a ver si las aves ya habían conseguido el agua que necesitaba, pero de pronto los grandes brazos del lobo me rodearon impidiéndome avanzar y sosteniéndome en alto.

¿¡Wolfver, qu¬qué haces!? -Ya ni forcejeaba cuando me encontraba en esta situación.

-No te puedo dejar hacer esa locura, es demasiado peligroso -Frotó su cabeza contra la parte trasera de mi cuello- si te ocurriese algo, ¿Cómo crees que me sentiría?

Quería ordenarle que me bajase, que debía hacer esto por mi cuenta, pero al sentir la humedad de sus lágrimas en mi espalda quedé congelado. No supe que hacer o que decir en esta situación, "en verdad estaba preocupado por mí", así que respiré profundamente y preferí dejar que se calmase un poco antes de seguir hablando con él. Tras unos minutos en los que permanecí sujetado por los brazos de este enorme lobo, volví a sentir que mis pies tocaban el suelo, aunque seguía sin estar libre.

-¿Te sientes mejor? -notaba como asentía frotando su rostro- Wolfver, no puedo dejar las cosas como están, pero si te hace sentir más seguro, dejaré que las aves te transporten -el apretón de Wolfver se volvió tenso por un instante- pero permanecerás escondido, y no entrarás en la aldea a menos que la situación sea de vida o muerte.

Creía que dejándole acompañarme parte del camino, se sintiese más relajado y menos preocupado por mi bien estar, aunque la cosa se complicaba en el supuesto de que necesitásemos una huida rápida.

Esperé la respuesta del lobo a mi propuesta para poder empezar a ponerme en marcha cuanto antes. Al notar como los brazos que me sujetaban se abrían dejándome de nuevo plena movilidad, me giré para mirarle de frente, pero el solo plantó un beso en mi boca de imprevisto, sujetando mi rostro con firmeza.

-¿¡Mmff!?

Sentía la suavidad del corto pelaje de su hocico entrando en contacto con mis labios, y su lengua abriéndose paso con cierta facilidad hasta el interior de mi boca. Esta se retorcía y agitaba salvajemente, como si quisiera proclamarla la zona como suya, y yo solo me mantenía con mis puños cerrados y extendidos al experimentar una ola de emociones recorriendo mi ser de arriba abajo, tanto por la sorpresa, como por la incapacidad de resistir tal acción.

Si Camino a Tú Lado (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora