Aves de presa

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Narra Mike

Han pasado tres días desde que dejamos atrás la aldea de Wolfver para llegar a nuestro destino. Según el mapa que tomamos de la casa del sabio, pronto llegaríamos a la aldea de la aves, pues era la más cercana, pero siendo sincero, el ambiente del viaje entre el lobo, la pantera y yo, se había tornado algo extraña.

Por supuesto, todo se debía achacar a la nueva metedura de pata realizada por Wolfver y a que Blinkus me viera desnudo junto al canino. La verdad es que la situación en aquel momento fue bastante peor...

Hace tres días

Wolfver estaba arrodillado frente a mí con la cabeza pegada al suelo en señal de disculpa, pues al muy animal se le escapó que mientras yo descansaba, él tubo la estúpida idea besarme aprovechado la situación.

-!Lo siento Mike¡, pero te veías tan lindo y tranquilo que no pude evitarlo -Explicaba arrepentido

Yo por otra parte comencé a ponerme mi ropa, ignorando las palabras de Wolfver, pues tener a Blinkus como público no es que me hiciese demasiada gracia. Tras haber acabado de vestirme, vi como este lobo me miraba con cara de cachorro apenado, con sus orejas bajas y emitiendo pequeños gimoteos, pero esta vez no me iba a dejar amedrentar por sus truquitos.

-¿Crees que con una disculpa pasará todo? -le hablé señalándolo con el dedo- Si no fuese por que se te escapó, estoy seguro de que no me hubieras dicho nada ¿Verdad?

Un rápido respingo, y el desvío de su mirada me hicieron saber que había dado en el clavo, pues es que este lobo en ocasiones era demasiado simple.

-"Uff" -suspiré- he llegado a entender que en realidad sí que siente atracción hacia mi, pero -le miré muy seriamente a los ojos para que supiera que hablaba en serio- yo no sé si siento lo mismo por ti.

En ese instante, creo que para Wolfver mis palabras fueron como si le hubiese dado un golpe, parecido a los que le administraba cuando intentaba apartarlo, pero este si que le llegó a hacer daño. Su cola se recogió lentamente, y sus orejas se colocaron a una posición muy baja, la cual no había visto antes, incluso creí notar su angustia, pues por algún motivo esa pose me puso... triste.

-Pero -le dije posando mi mano en su cabeza baja, a lo que él reaccionó sorprendido- las cosas pueden cambiar, pues aún no me gusta nadie de esa manera -le sonreí, mientras su mirada se iluminba- por ahora, tendremos que empezar como amigos. -Dije eso sabiendo que en realidad ya éramos pareja- Y tu Blinkus, ¿qué te parece ser también mi amigo?- le pregunte sonriendo de la misma manera.

La pantera, se sobresaltó por mi inesperada propuesta, además, eso debió haber molestado al lobito bastante, pues le puse a la misma altura que al felino, aunque digamos que ese sería su castigo por lo de antes.

Ahora

En realidad entendía por que Wolfver se había estado comportando molesto estos días, pero que Blinkus estuviese tan callado, eso si que me parecía raro.

Ya había comenzado a atardecer, y mientras me comencé a preparar para pasar la noche, Wolfver se acercó con la misma actitud de disgusto de estos días atrás.

-¿Volverás a usar eso de nuevo? -preguntó en voz baja.

-¿Eso? -pensé durante un segundo- !Ho¡, te refieres a la tienda de campaña

Esa era una de las cosas que decidí llevar con migo en mi mochila, una tienda de campaña para tener privacidad, y que apenas ocupaba espacio, además de un saco de dormir, una versión más pequeña de mi botiquín de emergencias "escondiendo un poco de esa medicina que Wolfver puso en mi hombro para curarme" y un encendedor para el fuego.

Si Camino a Tú Lado (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora