Decisión ante el peligro

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Silencio, eso era todo lo que había quedado tras oír toda su historia. Pero para mí creo que fue peor, pués ya no conseguía escuchar a las aves del bosque, ni el sonido de las hojas que se movían con el viento, mi mente lo trataba de procesar todo hasta que simplemente dejé de atender a lo que me rodeaba, "era demasiado".

Por lo que Wolfver me explicó después, resultó que la promesa que él me hizo, en realidad era una propuesta para ser su ''pareja'', lo cual creó una conexión entre este lugar y yo, permitiéndome entrar.

No sé en qué debía pensar, o cual debía ser mi reacción ante lo que estaba sucediendo, pero tenía que sobreponerme.

-Lo siento -La voz de Wolfver consiguió sacarme de ese trance mental- siento de verdad lo que hice hace tantos años.

Me giro para poder encararlo con seriedad, cruzó mis brazos e intento imponer todo lo que puedo a ese lobo de casi dos metros.

-Entonces, ¿Me trajiste a un bosque en un lugar extraño, porque hace años por error, me "proclamarse" como tú pareja? -asintió ligeramente- ¿¡Por qué simplemente no escogiste a otra loba, o aún lobo!?

Sus orejas cambiaron de posición mostrando su pena.

-No lo entiendes, una pareja no tiene que ser algo romántico, sino alguien de quien puedas confiar y a quién tengas mucho aprecio, además el gran alfa solo puede elegir a una pareja, sin excepciones y ésta debe corresponderle.

Esto cada vez se ponía peor, y parecía como si no me estuviese dejando ninguna otra salida más que aceptar todo lo que me contaba.

-¿Y si simplemente me niego y decido irme sin "corresponder", que ocurriría? -En ese momento pude notar pánico en su mirada.

-Es cierto que no puedo obligarte a aceptar, en realidad nadie podría -sus ojos conectan con los míos- Pero si a un gran alfa le rechazar su pareja, éste no puede reafirmar su derecho como gran alfa -pude notar que había algo más.

-¿Y qué es lo que pasará si no reafirmas tu derecho como gran alfa?

Durante un segundo se mostró algo pensativo, y luego se dirigió hacia la puerta de esta cabaña.

-Sígueme -Me pidió haciéndome una indicación con la pata.

Decidí empezar a caminar tras él, no muy seguro de que fuese buena idea caminar en medio de la aldea, entre los suyos.

Según íbamos caminando, pude fijarme en que la aldea era bastante pequeña, y que no nos cruzábamos con ningún otro lobo.

-*¿Y esta fue una de las manadas más respetada?* -Pensé tras observar a mi alrededor.

-Ya hemos llegado -se detuvo.

Tras detenernos, me di cuenta de que nos encontrábamos justo en el centro de la aldea, y enfrente de nosotros, se encontraban cuatro pequeño niños lobo de no más de siete u ocho años jugando y pasándoselo muy bien.

He de admitir, que se veían realmente lindos, corriendo, saltando y divirtiéndose sin parar, lo que provocó que sonriera casi sin notarlo.

Y fue entonces que me percaté de que Wolfver estaba mirándome muy alegre, haciéndome perder esa leve sonrisa.

De pronto uno de los jóvenes lobos al mirar en nuestra dirección gritó con fuerza y todos comenzaron a correr hacia Wolfver.

-¡¡Wolfver!! -Gritaron todos al unísono

El primero en llegar, fue un pequeño y rechoncho lobo que se lanzó a los brazos de Wolfver, mientras éste lo agarraba en pleno aire, su pelaje era de un tono beige claro y sus ojos eran castaños.

Si Camino a Tú Lado (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora