Las enseñanzas de una sabia

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Wisdom, una de las aves más raras procedentes de Hawái. Su apariencia se asemeja a la de la Gaviota típica, salvo por la forma ondulada de su pico y su envergadura ligeramente mayor. Aunque lo que hacía tan especial a esta ave en específico era que se consideraba la ave con vida más longeva y fértil de entre todas la aves, llegando incluso a documentarse casos en los que una Wisdom había tenido crías por cuadragésima(40) vez a sus sesenta y cinco años de vida. Por desgracia e ironías de la vida, esta especie se encontraba en vías de extinción y ya quedaban muy pocas.

¿Qué como sé tanto de ellas? Pues porque hice mi tesis en veterinaria sobre ellas, aunque las que investigué no tenían brazos como alas, ni un cuerpo, ni ninguna característica humana.

-Hola joven Wolfver Gran Alfa de los lobos -saludó muy cordialmente sentada sobre una alfombra extendida, mientras a su lado se colocaba Vintri- esperaba tu visita y la de tu pareja -me miró con sus ojos oscuros y de apariencia algo cansada.

-Encantado de conocerla gran sabio -Respondió Wolfver

-Ha... Ha... -Las palabras no me salían.

-¿Hay algún problema joven humano? -Preguntó la sabia de las aves ligeramente extrañada.

-Perdón, es solo que no esperaba a un Wisdom como sabia de las aves, ¡Aunque creo que tiene sentido, pues si su longevidad es alta, su experiencia de vida seguro que proporciona gran ayuda a su tribu! -empecé a divagar.

Mi nerviosismo era notable, y mi emoción por ver a esta especie única, incluso más con aspecto humanoide, no se quedaba atrás.

-Jo jo jo -rio de forma placentera- veo que conoces a mi especie bastante bien, pero hoy creo que vinieron a tratar un tema de mayor... importancia. ¿No es así?

La hora había llegado, Wolfver y yo decidimos que no sería él quien conversaría con la sabia, puede que en principio no le hiciese mucha gracia que yo tomase la iniciativa, pero lo que tratábamos de hacer era mostrar mi forma de ser y convencerla a ella y a Vintri de que no me convertiría en una amenaza para ningún humali existente, por lo que, que mi pareja me defendiese podría hacerle creer que solo me usaba para quedarse con su puesto de Gran Alfa, así que mi conclusión fue que yo debía hablar de mí, y de lo que trataba en estas circunstancias. En cuanto a Blinkus, él nos serviría de apoyo si en algún momento mis actos o intenciones fuesen puestos en duda, dándome un voto de confianza.

-Sí, es cierto -me puse serio, y tomamos asiento en la misma alfombra, unos frente a otros- Sabia, -Me dirigí a ella mirándola a los ojos- debo decir que mentiría si dijese que no existen humanos cuyas intenciones nunca serán las mejores, ni para otros, ni para ellos mismos. -Parecía sorprendida de que comenzase criticando a mi propia especie- pero eso no quiere decir que no existan humanos con gran bondad, puede que yo sea uno o puede que no, pero mis palabras no podrían ser tomadas en serio, pues solo mis acciones pueden demostrar mis intenciones, y para eso necesito tiempo. -La sabia no cambió su expresión- Me gustaría que me diese ese tiempo para que así vieran que tipo de humano soy, e incluso podría ofrecer conocimientos de mi mundo que posiblemente ayudarían a la mejora de vida de todos los humalis.

Intenté ser conciso, breve y directo, quería tener su ayuda, sabiendo que si les ofrecía algo más que mis promesas y mis buenas intenciones, acabaría por llamar su atención como mínimo, por eso ofrecí conocimientos de una sociedad más moderna y una forma de vida más sostenible.

La sabia escuchó atenta mis palabras, era una... "llamarla anciana era algo extraño, pues no tenía un aspecto tan desgastado" era una mujer ave que atendía y meditaba cada palabra que decía, haciendo honor a su título de sabia. Y tras haber meditado su respuesta, puso sobre mí una mirada penetrante.

Si Camino a Tú Lado (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora