Si Camino a Tú Lado (Furry)

Recordemos el pasado 2ª Parte (Nuestra historia)

Narra Wolfver:

Me detuve de contar mi historia, cuando noté la expresión seria de Mike dirigida hacia mí.

-¿Ocurre algo? - Le pregunté extrañado.

-¡Pues claro que ocurre!, -se levanta muy disgustado -todo lo que me has contado no responde a casi ninguna de mis preguntas.
Como, ¿por qué cuando te encontré parecías un lobo normal?, ¿Cómo es que hablamos el mismo idioma? Y si los humanos no pueden entrar en ese espacio, o universo, o como sea que lo llames ¿Cómo y por qué e llegado hasta aquí?

Lo último que dijo, me pilló completamente por sorpresa, ¿Cómo sabe que no está en su bosque?.

Debió de notar el asombro en mi cara, pues contestó a la pregunta que rondaba mi mente, sin siquiera decirla en voz alta.

-Cuando trataba de huir por el bosque, me fijé en que los árboles y plantas de este lugar son muy diferentes del sitio en donde crecí -se queda mirando por una ventana- eso y lo que me has estado contando hace un momento me han confirmado lo que ya sospechaba.

Doy un leve suspiro y me fijo en su rostro, pudiendo notar que estaba algo decaído, y aunque no sabía en que estaba pensando exactamente, decidí que lo mejor era intentar contestar algunas de sus preguntas y continuar con mi relato.

-Veras, -comencé a hablar sin que me dirigiera la mirada, pero aún así sabía que me escuchaba- para comenzar, nuestro idioma fue heredado de los humanos con los que alguna vez convivimos en el pasado. Por eso hablamos muchos dialectos que se han ido transmitiendo durante generaciones. Y en cuanto a tus otras preguntas, para contestarlas debemos remontarnos muchos años hacia atrás, hasta el día en el que comenzó mi prueba.
.
.
.
.
.
.
Día de la prueba de Wolfver:

Narra un Wolfver más joven

Me encontraba muy nervioso, pues estaba de pie frente a toda la manada para comenzar la prueba que me convertiría en un alfa, y también en un candidato a gran Alfa de los humalis lobo.

Mi padre, que se encontraba entre los presentes, comenzó a caminar hacia mí junto a mi hermano mayor.

Su pelaje marrón oscuro brillaba con los rayos del sol, que bañaban su gran y musculoso cuerpo, su semblante y su mirada azul mostraban la fuerza y la confianza de un líder, y no era de extrañar, ya que él era el actual gran alfa, aunque para mí él solo era el mejor padre.

Seguía caminando mientras se mostraba orgulloso de que su hijo fuese a hacerse adulto.

Aunque por el contrario, mi hermano lucía un semblante más serio, pués según él, yo no estaba preparado todavía para realizar la prueba, o eso decía, aún sabiendo, que él la realizó a los diez años, al igual que yo ahora.

-Padre -dije en forma de saludo cuando llegó hasta mí.

-Hijo mío - apoyó su mano en mi hombro y juntamos nuestras cabezas- hoy es el día en el que por fin marcharas para realizar tu prueba y poder volver como todo un hombre, además de recibir tú nombre, el cual te será concedido por mí.

Sus palabras me animaban y me ponían nervioso a la vez, pues el gran Alfa elige solo a cinco o seis candidatos para algún día ocupar su puesto, y aún si no consiguiese convertirme en el gran Alfa, ser un Alfa en sí también era una gran responsabilidad, pues ese puesto te convierte en protector del gran Alfa, de su compañero o compañera y de la manada entera.

-Antes de marchar hijo, debo recordarte un par de cosas. La primera es que aunque puedas observar a los humanos, nunca bajo ninguna circunstancia deberás acercarte a ellos por tú seguridad, y la segunda es que tu forma actual solo se mantendrá así mientras el portal continúe abierto, pues al cerrarse, tu forma física volverá a un estado más primitivo, además de que en proporción serás más como un cachorro, para así no llamar la atención de algún humano, y que nuestra existencia siga siendo secreta.