Parte uno

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SAMANTHA

De haber sabido o pensado que todo lo que resta de mi vida se basaría en lo mismo, lo hubiese empezado antes.

Oficina. Papeles, correos, mensajes, contratos, ponencias, reuniones, empleados.


En eso se había basado mi vida en los últimos años después de ellos.

Meses en los que entendí que era tener una vida vacía y un corazón roto.

Meses en los que me obligué, por más que quisiera, a no saber nada de él.

Estar todo el día detrás de un escritorio, ojeando papeles, firmando cosas, como me encontraba ahora. Esa es mi vida desde hace algunos años. No me quejó, estoy bien así. Sólo que es frustrante, frustrante tener que encargarte de todo tu sola porque tú tienes el control.

Sé que se deben estar preguntando...o al menos una de sus preguntas, ¿qué paso con él?

Nada en específico, sólo que me saco de su vida con una basura: La llenas y desechas.

En mi caso, me lleno de ilusiones y me desechó poco después. Sí, me ilusionó, estuve meses, días y años esperando que regresará a cumplir lo que había dicho. Me prometió, o mejor dijo, dijo por decir "Volveré y no me rendiré contigo, volveremos a iniciar desde donde todo empezó y jamás sentirás que estás sola" ¿Lo cumplió? No, claro que no. Nunca me escribió, ni llamo, ni siquiera pregunto por mí cuando llamaba por Sam. Y, una parte de mí espero por mucho tiempo que eso sucediera. Y la verdad era que eso no sucedió ni sucederá.

¿Los chicos sabían esto?

No, y no pensaba decírselos. Mucho menos a Nicole.

Sabía que Nicole, y bueno, todo el que la conociera me apoyaría en mi decisión.

«Sabes Ray, tu agente especial, bueno ese, me prometió un futuro juntos y se fue y la tierra se lo trago. Si, ajá, brutal»

Podría hacerlo, podría decirle la verdad y habían dos posibilidades.

Una era que me apoyará, y no me juzgars por estúpida. Porque eso era estúpida. Y, a su vez, hablar de eso y me resignó a hacerlo.

Y la otra se trataba de la locura de Nicole, tomaría el primer avión a Nueva York iría a  arrancarle la cabeza por idiota insensible, porque la conocía, eso haría, por eso al principio de todo esto, ella le dejo muy en claro que yo no era un juego, que era algo realmente difícil con lo que lidiar y no era algo para hacer ilusiones.

Y lo menos que quería era armar desastre, discusiones, y mucho menos tener que escuchar su nombre e inclusive verlo, cosa que no pasará.

Así que la oficina, la empresa y el montón de papeles que no comprendía me ayudaron a olvidarme —solo un poco— de todo ese desgaste sentimental. Pasar día, tras día, en el escritorio viendo y haciendo reuniones, cada día aprendiendo algo nuevo, conociendo este ámbito que para mi gusto, no tiene sentido, me ayudaron a distraerme. Ahora entiendo porque casi ni le veía la cara a papá...

Tomó un sorbo a mi taza de café, mientras observo lo que, si acepto, será la nueva vista de la página web de la empresa. A simple vista, es linda e atrayente. Pero viendo la magnitud en la que tenemos que sobresalir. Eso no es suficiente, tiene que tener un poco más de una vista atrayente.  Algo que diga «Woa, quiero trabajar allí» o «Dejare a mi empresa a cargo de ellos».

RAY (#2 M5C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora