Parte Veintiuno

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La vena de su frente se hizo visible mientras me decía mil y un cosas mientras yo seguía en silencio, sin entender muchas cosas, sin embargo, nunca dije nada.

—¡No! ¡Porque se trata de ti y nunca he podido decir que no!

—Ray tengo que irme...

—¡Odio sentir que te importo, y luego no, y luego si y luego no otra vez! —grito.

Realmente eso sí me enojo, demasiado. ¿Yo era la culpable?

—¡Pues yo no te pedí que lo hicieras, yo no te pedí entrar en mi vida —devuelvo—. Yo no te pedí nada de esto. ¡Pues vete y déjame!

Chillé, con lágrimas en mis ojos, no importa cuánto me duela, no importa cuánto me arda. No puedo seguir así.

Y lo peor era que me dolía de vuelta cuando había dejado de doler.

—¡No puedo! —jaló su cabello frustrado—. No puedo dejarte, no me pidas eso porque no lo haré.

Trate de rodearlo, pero, él primero se interpuso en mi camino. Suspiró sacudiendo su cabeza y con eso sus rulos.

—No, escúchame. Sé qué hice cosas horribles, sé qué quizás debería pedirte una disculpa, pero, ¿estás saliendo con Dylan?

Su mirada era tan fuerte y penetrante que era como si me estuviese rogando una respuesta con la mirada, una respuesta que no me salía darle.

Miré mis manos tragando grueso, sin embargo, mis labios se entreabrieron en cuanto ví mis manos.

Rojas y llenas de sangre. Hinchadas, trate de moverlas no lo logré, me dolía hacer cualquier tipo de movimiento.

—¿Q-qué me pasó? —murmuró.

—Esta de vuelta, ella no ha hecho.

Dí unos pasos hacía atrás, negando con la cabeza. No, no puede ser posible.

Los ataques de pánico, las autolesiones, me desmayé. Por eso. Por ella.

—¿Dónde está Dylan? ¿Me vio?

No podía pensar que él me vio en esos momentos. Quizás algún día le toque sin embargo no me siento lista para ese momento.

Ray suspiró cerrando sus ojos, mientras negaba con la cabeza. Bote el aire que contenía en mis pulmones.

—¿Esto es lo que quieres? —volvió a mirarme.

—¿Qué?

—Que no esté cerca de tí. —completó.

Creo que era el momento decirle todo lo que pensaba y que me respondiera mis dudas

— ¿Por qué no volviste? —lo miré — ¿Por qué no cumpliste lo que prometiste?

—Era lo mejor... —murmuró, y gimotee.

—¿Lo mejor? —y volví a entrar en ese dolor que sentía hace mucho—. Pues mientras tú tomaste esa decisión yo estuve meses y un año esperando que regresarás a cumplir lo que dijiste —lo empuje y como no podía verlo miré el suelo—. Encima, vuelves y con novia, ¿bastante daño me haz hecho ya?

—Lo siento..—trato de tocarme pero me alejé con la mano en el aire.

—No, no me toques —coloqué mi cabello tras mis orejas—. Todo el derecho y poder que tenías por algún error sobre mí se acabó. Ya no más.

—Sam..

—No, no hay peros que valga, lo siento mucho si pensaste que volverías a encontrar esa débil chica sin poder o valor para nada, porque no es así. Me destruiste de la forma más cruel y lo peor era que jamás pensé tú llegarías a hacerme eso.

RAY (#2 M5C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora