Espero que realmente no vaya a enojarse.
Es decir, quizás no lo haga, no estoy apunto de hacer nada malo. Sin embargo, parece que sí, mientras camino con la punta de mis pies para no hacer ruido, es como si fuese a hacer un delito.
Me fijo en que Ray siga con los ojos cerrados y giro sobre mis pies descalzos para salir de la habitación, pego los tacones que llevo en mis manos hasta mi pecho, sin hacer el más mínimo ruido, sin embargo él susurra haciendo que me detenga de golpe.
—Amor, ¿para dónde vas?
Cierro mis ojos con fuerza a la vez que hago una mueca girandome otra vez para verlo. Está vez tiene los ojos abiertos, mirándome de arriba a bajo, mientras pone sus manos detrás de su cabeza. Sus ojos de detuvieron en más tiempo de lo necesario en mis piernas desnudas por la corta tela que llega hasta mis rodillas.
—Ehmm, con las chicas.
Su ceño se frunce.
—¿A esta hora? —interroga, escudriñando mis facciones, bufo porque sabe que miento.
A las doce de la noche, sí.
—Iré a dormir en la casa de Nicole —digo, acercándome a él—. Hasta donde tengo entendido nosotros no podemos dormir juntos antes de la boda.
Él suelta una risa, todavía mirandome fijamente. Acerca sus manos a mi cintura, negando con la cabeza antes de sentarme sobre su regazo.
—Oh no, señorita. —suelta, seguro—. Tu dormirás hoy conmigo, al igual que todas las demás noches que nos quedan juntos.
—Ray...
—Nada. Tienes muy en claro que no ibas a dormir, iban a salir, y adivina qué, te quedas conmigo no me hace falta la imagen mental de que bailen frente a tí.
—Eso no es cierto —susurro, indignada. Sus manos se deslizan por mis piernas subiendo mi vestido, me estremezco—. Te recuerdo que yo tengo un hijo tuyo dentro y que Yessica tiene a penas unos días de su parto. No íbamos a hacer nada indebido...
En cierta parte es cierto lo que he dicho. Yo estoy en espera, con los síntomas que tanto odio, y mi cuñada, solo tiene cinco días de haber salido de la clínica, con un muy sano bebé.
Tristán Williams. Un niño precioso de ojos azules como su padre, y cabello oscuro como su madre. Quizás sea muy insoportable, no le gusta que lo vean, y también puede que sea muy llorón, aunque creo que todos los bebés son así, realmente. Puedo decir con firmeza que mi sobrino es un bebé precioso.
Y no me cabe duda que la forma en la que su padre lo mira, me lo confirma.
Creo que jamás me cansaría de decir que nunca me esperaba esto. Que nos estuviésemos reproduciendo sin parar. Nosotros, los mismos jóvenes que hasta hace unos años, creíamos que pasar el día en el sofá viendo una serie, era la mejor inversión del día.
Me gustaba pensar de que nosotros tuvimos que pasar por muchas cosas para llegar hasta aquí.
—Ajá —mofa—. Nada detiene a la loca de Nicole. Además, mientes fatal y sabes que no me gusta que lo hagas.
Suspiro rendida, cerrando mis ojos ante su tacto. Las yemas frías de sus dedos se deslizan por toda mi piel hasta detenerse en mi vientre un tanto grandecito, cuando vuelvo a mirarlo, tiene una gran sonrisa enmarcada.
Tengo a penas unos tres meses, mi vientre no está lo suficientemente grande como para que todo me pese. Sin embargo, él siempre consigue un momento para hablar con el bebé o simplemente para consentirme y no dejar que haga nada.
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RAY (#2 M5C)
Teen FictionRAY (#2 M5C) El pasado es del pasado, olvídalo, ¿puedes entenderlo? Ella quiere olvidarlo sin importar lo que cueste. Él dice que esa palabra no existe en su vocabulario. Los dos son lo suficientemente testarudos para no aceptar que jamás dejarán de...