Capitulo treinta y cuatro

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—¿No es una broma? —comprobó la pelirroja. Negué con la cabeza— ¡Esto hay que celebrarlo!

Solté un risilla nerviosa mirando a Ethan, que volteaba los ojos viendo a su esposa dar brincos de alegría. Sospechaba que quizás él no estaba del todo de acuerdo, o al menos yo estaba inventando cosas. Pero de todos, el único que no pareció muy convencido de mi decisión fue él. Me mantuvo la mirada por largo rato sin decirme nada. Quise pasarlo por alto, sin embargo, no lo he conseguido.

—La verdad que es no se que decir... —murmuró, pasmado el rubio. Después soltó una gran sonrisa—. Bueno de hecho, sí, ¡que me lo veía venir! Él estaba muy raro y que se despegara de ti era muy sospechoso.

Quise mirar a Dylan pero sabía que estaba sonriendo. Y era verdad, por eso Dylan desparecia por ratos, aunque no fue algo muy elaborado. Para ambos estuvo bien, porque no hubo prensa ni fiesta de por medio. Íntimo, y así quería que quedara.

Miré a James que se levantó del sofá para detenerse frente a nosotros. Dylan estaba a mi lado con mi mano junto la suya. Él estiró su mano hacía el rubio, este se carcajeo jalando su brazo para tomarlo en un abrazo.

—Dejate las formalidades, cuñado.

Sospechaba, bueno no, sabía que él también estaba emocionado, incluso más que yo. Y no era porque no estuviese contenta. Porque lo estaba, no podía dejar de sonreír, ni de mirar mi sortija con un poco de millones de emociones dentro de mí. De darle las mejores sonrisas que podía darle al chico a mi lado. A mí prometido.

Joder que me iba a casar. Todavía parecía que eso no fuese así.

Volví a sonreír como un tonta mirando mi regazo. Frunci mi ceño cuando noté algo distinto en mí. No sabía exactamente qué era, pero me sentí fuera de órbita por un segundo. Levanté la mirada, un poco inquieta, cuando escuché la voz de Jeff desde una de las esquinas, examinando mi expresión.

—¿Tienen fecha?

Alzó una ceja hasta mi dirección. Abrí la boca para decir algo, pero la cerré cuando Dylan me miró a mí, esperando que yo dijera algo. Sabía que él nunca pondría un pero, de hecho, me diría que sí.

—Después la intensa soy yo. —comentó Nicole. Thomas le respondió que tampoco se salvaba de la pregunta porque también quería una respuesta, ella le hizo un mohín ofendida.

Lo pensé por un momento. Seguía teniendo mis ojos en el rostro de Dylan, que tenía la mirada iluminada. Se arrodilló delante de mí, poniendo una mano en mi pierna cauteloso.

—No hay presión, ¿vale? Ya dimos el paso grande.

Pero yo sí que tenía presión. Porque el saber que iba a casarme me daba millones de más responsabilidades. Y siempre me había gustado salir de ellas fácilmente. Tampoco es que no quisiera celebrar mi compromiso. Solo que...a decir verdad, si lo hacíamos público, la presa iba a querer estar en todo lados, y al final lo conseguirían. Ya podía oírlos decir que la última Madison iba a casarse con el hijo de Brid O'conner.

También estaba el otro lado del tablero. No querer postergarlo más. No iba a darle tantas vueltas al asunto ni alargar algo que ya tenía bastante historia que contar.

No era salir del paso, ¿verdad?

Me acerqué a su oído y susurré, lo sentí dar un respingo para mirarme, aún más embobado. Creo que le gustaba que le susurrara cosas.

—¿Segura? No quiero que...

—Mejor tarde que nunca, ¿eh? —comenté. Miré al resto de los chicos que esperaban una respuesta, lamí mis labios—. En un mes y medio.

RAY (#2 M5C)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora