Mi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...
Ayer cuando Erwin cerró los ojos se quedó completamente dormido lo que me dio tiempo a revisar unos asuntos y dejar arreglado algunos pendientes ya que estaba decidida a volver a la fachada de panadera.
Por lo menos hasta que la investigación avance y Erwin sane.
La finalidad es conseguir dinero y tener un perfil bajo ya que había pasado mucho tiempo desde que la panadería cerró y la gente ha comenzado a hablar por lo que debía tranquilizarlos para que no levanten sospechas, y pueda mantener mi identidad entre las sombras.
Es complicado, pero mi identidad ni mi organización debía ser revelado, de lo contrario la paz se esfumará, reinará el caos y las murallas perderán el ojo que todo lo ve desde las sombras.
Puede sonar como una excusa para yo tener una vida normal, pero no es así ya que esto no era una simple estafa o una investigación de una rata común... Esto iba más a allá y apenas estaba empezando.
No estoy segura de cuánto tiempo llevo mirando el techo de la habitación, pensando en todo aquello que era innecesario en ese momento, pero cuando me di cuenta el sol, que antes apenas salía, ahora estaba en casi todo su esplendor.
-Ya es tarde.- susurré para mí pensando en que hoy no desayunaría o no podría hacer las piezas de pan para el medio día.- Lo bueno fue que ayer compré comida y todo lo necesario.
Lentamente me levanté e hice mi rutina, debía darme prisa si quería tener algo que vender antes de que la gente terminara por olvidarse de este lugar, además debía ver cómo estaba el rubio.
Pero si tuviera que adivinar, diría que sigue dormido.
Una vez lista, salí de la habitación de huéspedes, pero antes poder caminar por el pasillo el olor a comida entró a mi fosa nasal dejándome con una duda en mente.
¿Quién estaba cocinando?
Caminé a la cocina y al mirar me encontré con una imagen que no esperaba por muchas razones.
Frente a mí se encontraba Erwin cocinando, mis ojos se encontraban abiertos de par en par al verlo ahí de pie; no sabía que él pudiera hacer ese tipo actividades con la facilidad que aparentaba.
Estuve pensando en lo increíble que era por hacer aquello con una sola mano, pero mis ojos terminaron por desviarse al notar su cabello despeinado y la falta de su chaqueta.
Al mirar no pude evitarlo y mi rostro se calentó de golpe...
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¡¿Por qué está vestido así?!
No estoy segura de cuánto tiempo lo estuve mirando, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por la voz del hombre.
-Buenos días Amelie.- dijo sereno mirándome.
-Bu..Buenos.. Días..- dije nerviosa al verlo tan... diferente..
