🌻Capitulo 29🌻

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Narra Erwin

No podía creer lo que estaba viendo, era imposible pensar que aquella chica dulce, simple, hermosa y frágil que conocí, fuera aquella fría mujer que se encontraba sentada, mirándonos con burla.

-Suéltenlos.- ordenó.

En ese momento, nos liberaron y quienes nos sostenían se alejaban de nosotros mientras Amelie se levantaba del asiento y se acercaba a nosotros con una mirada indiferente.

-¡Amelie!- gritó Hanji contenta.

-Zoe.- contestó fría.

Aquella contestación fue una señal de su cambio con nosotros, aunque claro, eso me lo dejó claro el lluvioso día en que terminé con ella.

-Déjenme adivinar.- dijo burlona.- Tora soltó la lengua y les contó todo.

-Ella dijo que necesitabas ayuda.- dijo Levi serio.

-¿Dónde está ella ahora?- preguntó curiosa.

-En.. En la prisión.- dijo Armin en un intento de ocultar la ubicación de la pelirroja.

*Risa* -Ya veo.- dijo sonriendo.- Volvió a su prisión de oro. Que triste, tal vez deba ir a visitarla después.

Me quedé mirando el cuerpo de la chica ya que no parecía herida ni estar hablando falsamente, no había ninguna señal de que estuviera actuando, eso no debería ser así si ella se encontraba secuestrada por el jefe de este lugar.

No parecía que sucediera nada de lo que Tora nos dijo.

-Amelie, ¿Dónde está el jefe?- pregunté serio.

Ella me miró y sonrió con burla como si ya esperara la respuesta.

-Ya que están aquí, ¿Por qué no se quedan a comer? Ya hablaremos de eso después.- dijo serena mientras nos invitaba de una manera cortés.

-No estamos de visita.- dijo Levi serio por la serenidad con la que actuaba la chica.

-¿Quieres decir que son intrusos?- preguntó la chica con un tono más seco.- Saben, a ellos no les agradan los intrusos.

Al mirar nuestro alrededor, nos encontramos con varios soldados, de rostro cubierto con armas, mirándonos de manera muy seria e intimidante. Si nos equivocábamos con nuestras respuestas y decisiones nos podría ir bastante mal.

-¿De verdad lo son?- preguntó esperando una respuesta.

-Nos quedaremos a comer.- dije serio al sentirme arrinconado como rata.

-Me alegra mucho.- dijo sonriendo, aparentemente más relajada.

A pesar de verla sonreír y saber quién es, no puedo reconocerla, no puedo evitar sentirme ajeno a ella e indiferente ante la situación. Ella no era mi mujer, no estaba ni cerca de serlo, pero aún había la esperanza de poder recuperarla.

- Mis amigos los llevarán a su habitación mientras esperan.- dijo sonriendo.- Si necesitan algo, no duden en pedirlo.

Un pequeño grupo de hombres se acercaron para guiarnos, pero antes de que pudiéramos comenzar a caminar, la chica nos detuvo.

-Quisiera hablar con usted después comandante.- dijo la mujer serena.

Asentí y terminamos por seguir a los hombres en silencio.

****

Al llegar a la habitación, 2 hombres abrieron las puertas, dejándonos ver una recámara bastante elegante y cómoda, cualquiera pensaría que era la habitación de un miembro de la familia real por la decoración.

Con olor a flores //Erwin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora