Narra Amelie
Después de aquella noche, me descansaron un tiempo ya que había estado siendo acosada por varios de los ebrios que visitaban el lugar, lo que atrajo peleas a la taberna y problemas.
Supongo que está bien ya que seguirán pagándome así que tendré tiempo para atender mi panadería apropiadamente y relajarme un poco, pero hay algo que me molesta y es el hecho de que no voy a poder ver al comandante.
Sé que podría decirle a Hanji o enviar una carta anunciando mi ausencia, pero tal vez no deba hacerlo ya que solo fue un trabajo y diversión de una sola noche.
La vida personal y laboral no deben mezclarse.
Estaba caminando por las calles del pueblo vendiendo las piezas de pan hasta que comencé a escuchar un pequeño escándalo, me acerqué a ver qué pasaba y al mirar me encontré con un chico de melena rubia peleando con un hombre.
Miré la escena con cierto horror ya que el rubio parecía un poco descolocado, a parecer el combate no era lo suyo y aquel hombre lo sabía.
-Cerdo.- pensé al ver como se aprovechaba del chico.
No pude ver por mucho aquella escena por lo que decidí intervenir. Solté la cesta de pan, y antes de que pudiera tirar otro golpe al chico, tomé su brazo deteniéndolo, evidentemente me gané su mirada enojado.
-Lárgate muñeca.- dijo serio para así soltar su brazo y darse la vuelta.
-Deja al chico.- dije mientras jalaba su brazo para que volteara a verme.- ¿Acaso eres un cobarde que molesta a los jóvenes?
Supongo que mi comentario golpeó su hígado ya que el hombre no lo pensó 2 veces cuando terminó por golpearme haciéndome caer al suelo. Cuando levanté la mirada me encontré al hombre apuntándome con un puñal; por el dolor en mi mandíbula y el ardor en mi mejilla puedo jurar que me golpeó con ésta.
Fruncí el ceño con molestia, este tipo de cosas era por las que la humanidad debía morir, pero no todos son así.
El hombre se giró y me ignoró, pero terminó apuntando al rubio mientras la multitud de alrededor se iba a esconderse. Malditos cobardes.
-Hey.- dije llamando su atención mientras me levantaba del suelo.
Cuando éste volteó, actué rápido y terminé por darle un buen golpe en la cara. Mi golpe fue suficientemente fuerte para que el hombre cayera al suelo, al mirarlo pude ver todo ese rencor hacía mí, pero no me interesaba.
El hombre se levantó y me atacó con el cuchillo en mano, no podía ser obvia y defenderme como me enseñaban así que bloqueé su ataque con mi brazo.
-¡Agh!- grité de dolor al ver como el puñal estaba enterrado.
Tomé su muñeca e hice presión haciendo que éste soltara el arma, quité el puñal de mi brazo y lo lancé lejos de nosotros, no pude recobrar el aliento cuando el hombre volvió a atacarme, pero en este caso le golpeé en la nariz.
-¡Se acabo!- grité adolorida.
Ese hombre iba a levantarse y atacarme, guardias de la policía militar aparecieron y detuvieron el asunto, me acerqué al rubio y lo miré con temor.
-¿Estás bien?- pregunté preocupada.
-Ahh... sí.- dijo apenado.
Miré su rostro con detenimiento para asegurarme de ello y todo parecía estar bien con él, no tenía más que raspones y polvo en el rostro, pequeñas lesiones.
-Bien.- dije relajada.
Iba a irme cuando uno de los hombres de la policía se acerca a mí y me toma del hombro.
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Con olor a flores //Erwin&tu
FanfictionMi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...