Con olor a flores //Erwin&tu

🌻Capitulo 6🌻

Narra Amelie *meses después*

Ha pasado un tiempo desde aquella vez que hablé con el comandante, y desde ese momento éste ha venido con cierta frecuencia para hablar de temas banales y sin importancia, pero poco a poco tocamos lo personal. 

Él me contaba cosas de la legión, le ayudaba con algunas estrategias y planes; al parecer funcionaban ya que siempre que volvía, me contaba lo exitoso que había sido y lo cerca que estaba de cumplir su sueño.

Supongo que me convertí en su adivina..

Es curioso porque no soy una bruja, solo soy observadora y una estratega.

También hemos tenido nuestros encuentros íntimos en un pequeño hostal cerca de aquí, pero esto comienza a ser incómodo para mí ya que yo me entrego como mujer, le entrego mi corazón, pero cuando él me ve, solo aprecia a la bailarina. 

No ve a Amelie...

Eso es lo que duele y me hace salir de la burbuja, él ama a la chica misteriosa, nunca podría amarme porque no soy nada de lo que aparento, ni siquiera la chica panadera.

Ninguna de ellas es Amelie, pero... si le digo, él me abandonará, aunque eso es mejor que verlo morir. 

He intentado decirle quién soy, quitar el velo que cubre el rostro de la bailarina, pero... luego pienso en la decepción que debería ser para él encontrarse conmigo, con un rostro obscurecido por su pasado. 

Tengo miedo a dejar de verlo e incluso dejar de  ver a Hanji, pero debo hacer correcto por él, no por mí.

Miré el reloj y vi que la hora de la verdad se acercaba. Cité a Erwin en el bar donde me presentaba, hoy le diría la verdad sobre quién soy; sinceramente no sé de dónde saqué el valor, pero ya no puedo con esto.

No puedo estar engañándolo y mintiéndome, si el no sabe quién soy, no sabrá en qué se está metiendo y el peligro que corre al estar a mi lado. Mi comandante no merece morir por una estúpida que desobedeció a su padre. 

Mis errores no deben perjudicar al hombre que amo así que debo contarlo todo y dejarlo elegir, antes de que él se entere de la peor manera. 

Todo acaba hoy.

****

Estaba lista, mi cabello peinado, mi vestido brillante y mi antifaz sujetado, todo parecía estar perfecto para nuestro encuentro, pero faltaba algo y eran las palabras para confesárselo. 

Mis piernas temblaban un poco y mi corazón estaba por salirse de mi pecho, estuve un par de minutos considerando la posibilidad de cancelar todo e irme de ahí tan rápido como llegué, pero no podía ser egoísta. 

Respiré profundamente y terminé por encaminarme a la habitación donde él me esperaba. 

Intenté mantenerme segura y firme, pero en el momento en que quité la cortina y lo vi sentado, todo se desvaneció. Él me miraba con esos ojos azules brillantes, su cabello estaba acomodado, su ropa casual lo hacían ver irresistible y el aroma a su colonia me hacía querer mojarme. 

Todo era perfectamente erótico desde mi perspectiva como para arruinarlo, pero.. debía hacerlo. 

-Hola hermosa.- dijo mientras se levantaba y me ofrecía su mano. 

Mis mejillas ardían por su apodo y mi piel quemaba por el candente tacto de su piel, como lo extrañaría. Tomé su mano y éste me dirigió a su lado, donde me senté y éste me abrazó de la cintura mientras sonreía, visiblemente contento. 

-¿Me extraño comandante?- pregunté cerca de su oído, sé que eso lo hace sentir nervioso.

-Bastante hermosa.- dijo mirándome como depredador.- No he dejado de soñar contigo desde nuestra última vez.