🌻Capitulo 64🌻

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Narra Amelie

Hace unos días comencé a alejar a Erwin de mí para evitar que se diera cuenta de mi vientre flácido y vacío, sé que es cobarde de mi parte no haberle dicho aún sobre la pérdida, pero el miedo de perderlo es más grande que mi vergüenza. 

Por ello, he usado la ropa holgada que compré para el embarazo, pero mi vientre aún podía verse plano por lo que intenté en varias ocasiones replicar la forma y tamaño de un vientre abultado con medias, pero dejé de hacerlo cuando noté que dejó de fijarse en mí.

Su mirada fría y gesto duro, me hace pensar que ya lo sabe y solo está esperando el momento en que me rompa, y confiese todo.

Tener esos pensamientos me ha hecho sentir dolor y terror a que todo mi mundo, sueños y esfuerzo se esfumen por mi cobardía, es por ello que recurrí a Hina. 

Gracias a ella, he estado trabajando en la aceptación de la muerte de mi bebé y aceptar la culpa que corroe mi pecho. Después de días enteros juntos a mi hermana, creo estar lista para hablarlo con Erwin y saber cuál es su decisión, pero... ahora que lo tengo frente a mí, puedo darme cuenta que ya no es mi comandante.

Es solo un cascaron vacío.

-Erwin, ¿podemos hablar?- pregunté suavemente.

-Lo siento, estoy cansado.- dijo serio dándome la espalda, listo para irse.

-Erwin...- lo llamé suavemente para tomar su brazo.- Por fa...

Antes de terminar mi oración, quitó bruscamente su brazo y dijo:

-¿Ahora sí quieres hablar?

Me quedé callada sin saber qué decirle.

-Bueno, ahora yo no quiero.- dijo seco, obviamente ofendido, pero esto no podía dejarlo así por lo que me acerqué y lo abracé, evitando que siguiera caminando.

Pude sentir como su cuerpo se tensó, tal vez por los efectos del alcohol.

-Suéltame.- ordenó firme.

Sin decir nada, apreté más mis brazos.

-Te pido que me sueltes.- dijo serio.- No lo repetiré otra vez.

No me gustaba su tono, pero no podía ceder ahora por lo que me aferré más a él.

-¡He dicho que me sueltes!- dijo molesto para así tomar uno de mis brazos con fuerza y jalarlo rápidamente para así librarse de mi abrazo.

Afortunadamente choqué con un pequeño mueble cercano, lo que me dio la oportunidad de ver como el rubio se dirigía a la salida.

-¡Erwin, espera! ¡Quédate conmigo, por favor!- grité asustada y desesperada al ver como el amor de mi vida se alejaba.

-Ya no te entiendo.- susurró agobiado.

Aquello me hizo sentir curiosidad y preocupación.

-Hace días que me pediste que me alejara, que comenzaste a odiarme, a dejar de mirarme con amor para simplemente actuar como una extraña.- dijo dolido y serio.- Para que... ¿luego me pidas quedarme a tu lado? No lo entiendo.

-Erwin, esto no es como lo piensas.- dije serena, en un intento de hacerlo entender mis razones.

-¿Ah, no?- preguntó serio y burlón mientras volteaba a verme con esos ojos sin vida.- ¿Entonces qué es lo quieres de mí?

Me quedé callada y con un nudo en la garganta al ver el rostro herido, revuelto, confundido y decaído del hombre que amo.

-Si quieres que me quede... ¿por qué no me miras como antes? ¿por qué no me dejas abrazarte? ¿Por qué te alejas cada vez que quiero demostrarte que sigo ahí para ti?- preguntó mientras saladas lágrimas ruedan por sus mejillas.- ¿Acaso ya no me amas?

Con olor a flores //Erwin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora