Mi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...
Estaba reunida con mis mejores hombres, aquellos quienes me tendieron la mano y cuya capacidad los hacía brillar no solo en estrategia sino en habilidad.
Lo mejor de lo mejor.
-Takato, ¿cómo va el asunto de Hina?- pregunté seria.
-Bien mi señora, he estado retrasando su ejecución lo más que he podido.- dijo serio mientras me mostraba algunos formatos que parecían tener la firma del rey.- Pero han comenzado a sospechar, aunque le he dado un poco de tiempo.
-¿Ella está bien?- pregunté seria al imaginar lo decrépita que se vería.
-Resiste bien.- contestó simple.
Eso solo daba a entender que ella seguía respirando, pero no sabíamos cuánto podría durar.
-Bien, debemos sacarla antes de que la situación se aclare.- dije serena mientras quitaba los formatos de mi vista para así mostrar los planos de la prisión.
Estuvimos debatiendo varias posibilidades de sacarla de ahí cuando la puerta de la pequeña habitación se abrió de golpe, dejándonos ver a uno de mis subordinados más jóvenes.
-¡Mi señora!- gritó agitado.- Se han llevado al comandante al palacio.
Iba a decirle que esa noticia no era interés, pero antes de que pudiera hablar, él prosiguió.
-Lo juzgarán por traidor.- dijo nervioso.
En ese momento supe que esto no iba a ser un juicio, simplemente era una maldita excusa para así dictar su muerte. Me levanté de mi lugar, llamé a mis 3 hombres más ágiles y les pedí al resto proseguir en mi ausencia.
No iba a permitir que lo asesinara.
¿Pero por qué?
*Flashback*
-¿De verdad es necesario tener en la mira a Smith?- preguntó Takato curioso.
Asentí sin prestar mucha atención.
-¿Por las murallas o por su afecto?- preguntó con cierto aire de acusación.
Sabía perfectamente lo quería decirme y yo simplemente lo negaba, debía olvidarme de él e ignorar todo maldito sentimiento por él. Si había morir lo haría y solo.
Él simplemente iba a seguir con su misión suicida y yo en la mía.
*Fin del flashback*
Mis ojos se cristalizaron por el recuerdo de ese día, pero no podía seguir con esta farsa porque... ¿A quién quiero engañar? Simplemente no puedo permitir que maten al amor de mi vida.
****
Narra Erwin
Hoy se decide todo, sabía que hoy moriría si no veían lo que traté de hacerles entender, pero eso ya no dependía de mí, y no iba a retractarme para así pedir piedad a gente no sabía qué era eso.
No me arrepiento de nada, aunque me hubiera gustado haberle contado la verdad a Amelie y decirle por última vez que lo mucho que la he amado, y confesarle mi ferviente deseo de haberla desposado.
No sabes cómo me hubiera gustado verte de blanco, bajo el nombre de Smith.
-Erwin, ¿Deseas decir unas últimas palabras?- preguntó uno de los nobles.
Pase lo que pase, el olor a flores de mi mujer se quedará impregnado en mi mente y en mi corazón, como la primera vez que la vi.
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