Narra Reiner
Todo pasó en cámara lenta. La azabache caía lentamente con un rostro pálido, sus piernas se doblaron para así terminar en el suelo, un par de brazos la tomaron antes de que eso sucediera.
Al mirar me encontré con Bertholdt sosteniéndola con una mirada de preocupación, Ymir se acercó y comenzó a mirarla sin saber qué hacer, en ese preciso momento Takato me soltó y se acercó para verla.
Lentamente me levanté sin saber qué pasaría ahora.
-Mi señora.- dijo el castaño preocupado, tomándola en brazos y llevándosela de ahí.
Lo seguimos hasta una habitación en la parte de abajo con una pequeña cama, donde la recostó y miró un poco lejos, dándole su espacio.
-Necesitamos llevarla con un doctor.- dijo Bertholdt un poco alarmado.
El hombre de cabello castaño se quedó callado un momento, sin saber qué hacer hasta que dijo decidido:
-Debo ir por la legión.
-¿¡Qué!? ¡Necesita un médico!- dijo Ymir molesta mientras aparecía con un paño húmedo en las manos.
Ella tenía razón, la legión quedaba de lado ya que el rostro de la chica perdía color mientras su respiración era demasiado lenta, pero sobre todo, si Smith se enteraba que provocamos esto, nos torturará hasta la muerte.
Además de que ella podría intervenir con ellos para que nos dejaran ver a las chicas.
-¿No lo entienden? Ella quiere sacarlos de aquí antes de que sepan que volvieron.- dijo el hombre serio.- Intenta protegerlos, pero... Sin ella solo podría ser peor.
Sus palabras me sorprendieron mucho ya que nunca creí que haría algo por nosotros.
-Creí que nos odiaba.- dije confundido.
-Odia a Bertholdt y a ti por lo que hicieron, pero... Sabe lo que significan para sus hermanas.- dijo el castaño serio con una mirada indecisa.
Nos quedamos callados un momento, pensando en lo que debíamos hacer para poder arreglar esto y rápido.
-Takato ve por la legión.- dijo Ymir segura.
Todos la miramos sorprendidos y confundidos ya que no era una buena opción ahora, mucho menos con Amelie así.
-Ella no puede ayudarnos ahora, debe pensar en otra persona ahora, así que si quieren ver a sus novias, debemos arriesgarnos e ir con ellos directamente.- dijo segura.- Takato, ¿podrías llevarnos?
Era cierto, no podría ayudarnos, pero tampoco podíamos dejarla así.
-Espera no podemos irnos y dejarla así.- dije serio.
-¿Por qué no? Nadie la molestará, está en su casa y podrá descansar.- dijo la morena serena.
-Smith nos matará si llega a enterarse que está en este estado y sola.- dije serio y "ligeramente" preocupado.- Nuestra palabra no vale ante ellos, así que no podremos asegurarle que está bien.
-Reiner tiene razón, necesita un médico que cuide de ella e irnos .- dijo Bertholdt preocupado.
-¿Y qué quieren hacer entonces?- preguntó un poco cansada de la situación.
Nos quedamos callados un par de minutos cuando el castaño habló.
-Quédense aquí y no dejen a mi señora sola.- ordenó serio para así irse sin decir nada más.
Nos quedamos callados, sin saber qué planeaba hacer o lo que pensaba, sabía que debía ser lo mejor para Amelie, pero ¿también sería bueno para nosotros?
****
Ha pasado un tiempo desde que el castaño se fue y no he podido dejar de pensar en lo que podría estar haciendo mi tomatito ahora.
¿Me perdonará por ser idiota?
Estuve pensando cuando el sonido de la puerta llamó mi atención, me levanté del suelo y me preparé por si debíamos defendernos, pero cuando la misteriosa sombra apareció nos encontramos al castaño con unas cosas en las manos.
-Pónganse esto rápido.- ordeno dándonos un paquete de ropa a cada uno.
Vi la ropa, encontrándome con un uniforme completo de la legión, incluyendo la capa, pero ¿por qué nos da esto? ¿De dónde lo sacó?
-¿Qué pretendes?- preguntó Ymir confundida.
-Háganlo rápido, no hay tiempo qué perder.- dijo serio.
Sin preguntar algo más, obedecimos.
Sea cual sea su plan, esperemos que sea lo mejor para todos nosotros incluyendo al feto.
****
Narra Erwin
Todo está cayendo en su lugar, poco a poco todo está alineándose a nuestro favor lo que significa que falta muy poco para volver a ver a mi mujer y contarle nuestro éxito, pero sobre todo para disculparme por lo que le dije.
La coronación será dentro de 2 días, pero la pelirroja ya ha comenzado con sus deberes y gracias a los clérigos, esta ha podido avanzar en su preparación así que lo único que falta es hablar con Eren sobre lo que sabe de Reiss.
Seguramente esa información nos podrá ayudar en mucho, pero antes de todo debo atender el tema del encarcelamiento de Hina para saber cómo procederá eso, aunque por las circunstancias no será bueno.
-Erwin, te esperan en la comisaría de Trost.- dijo Levi neutro, pero su rostro se notaba curiosamente más relajado de lo normal.
Asentí y juntos caminamos a la salida.
-¿Pasó algo Levi? Te noto ligeramente contento.- dije burlón al verlo de esa manera.
-No, solo una broma de mi escuadrón.- dijo sereno.
No sé qué le hicieron, pero tal vez podrían hacerlo más seguido, desde que lo conozco solo le he visto así cuando se habla de limpieza; pero nunca por otra cosa y mucho menos cuando se lo hizo un cadete.
Me alegra verlo de esa manera.
*Horas después*
Esto será más difícil de lo que pensé. Hina ha sido juzgada como un traidor y ahora que las murallas tienen los ojos abiertos, nadie quiere ver todo lo que ella hizo por ellos sino que solo están viendo lo que hizo por proteger a ese hombre.
No hay más opciones que aceptar su destino, pero no puedo rendirme. No puedo dejarla morir.
Estuve pensando de camino a mi oficina cuando un soldado me llamó y me dijo que Hanji y Levi me necesitaban en una habitación en particular, alejada de todo el lugar.
Muy cercano al sótano.
Caminé analizando posibles opciones para el rescate de Hina, pero nada parecía ser buena idea ya que cada cosa que pensaba, la legión quedaba involucrada íntimamente y eso no podía permitirlo.
Seguí pensando hasta que abrí la puerta de aquella habitación y al mirar me encontré una escena que realmente no esperaba, pero una parte, o mejor dicho persona, que se encontraba ahí, no debía estarlo.
Pero, lo más importante, si él estaba aquí...
¿Dónde está mi mujer?
CONTINUARÁ...
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Con olor a flores //Erwin&tu
FanfictionMi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...