Narra Erwin
Después de nuestro intenso encuentro en la bañera, sequé la cabellera de mi amada, quien estaba sentada en la orilla de la cama, mirando sus manos; parecía que estaba pensando en algo
-¿Pasa algo hermosa?- pregunté susurrando en su oído mientras la abrazaba por detrás.
-Supongo que ya... puede irse..- dijo con la voz apagada mientras se encogía en su lugar.
Me separé un poco de ella, me incliné un poco hacía delante buscando su mirada, pero cuando estaba por ver sus hermoso ojos, ella movía el rostro hacía un lado.
Estuve callado un par de minutos en un intento de entender lo que acaba de decir hasta que supe por qué dijo eso.
-¿Aún crees que me intereso en ti por el sexo?- pregunté suave.
Me dolía que ella pensara eso de mí, pero la entendía, nos conocimos en un ambiente muy diferente que ayudó a las malas interpretaciones, pero ahora que es toda mía, puedo decirle la verdad.
-Yo no soy así hermosa.- dije en su cuello.- Yo vine aquí para decirte que te amo, que no solo me enamoré de la bailarina sino también de la chica detrás del antifaz. Yo la amo con todo lo que puede mi corazón.
Ella se quedó callada por lo que quise demostrarle que mis intenciones; acerqué mis labios a su hombro y comencé a hacer un lento recorrido de besos hasta su cuello donde dejé un chupetón.
-¡Comandante!- gritó sobresaltada.
-Erwin para ti hermosa.- ronroneé en su oído.
-Erwin.. ¿De verdad siente eso?- preguntó nerviosa.
-Jamás le mentiría.- dije mientras acariciaba suavemente sus pechos.- ¿Usted siente lo mismo?
-Yo también lo amo.- dijo mientras tomaba mis manos.
-No sabe lo feliz que me hace escuchar esas palabras.- dije mientras la jalaba a la cama, quedando acostados.
Lentamente me acomodé en la cama, mis manos abrazaron su cintura mientras yo besaba su hombro con lentitud, deseaba saborear su piel para no extrañarla demasiado durante el tiempo que esté fuera de las murallas.
-¿No se irá con la legión?- preguntó en un susurro.
-Me iré al amanecer. Por ahora quiero disfrutar este tiempo con usted.- dije con los ojos cerrados mientras la jalaba más hacía mí.
No escuché nada de su parte, simplemente sentí como se removía en la cama, abrí los ojos y la encontré escondida en mi pecho. Sin poder evitarlo sonreí, abracé su cuerpo con mis brazos, dejé salir un suspiro tranquilo y me dispuse a disfrutar de la noche que me esperaba.
****
Sé que ya casi es hora de irme, pero no quiero hacerlo, no quiero dejar Amelie aquí, pero llevarla a la legión no sería bueno para ella ya que debería estar trabajando como los demás, aunque no sé si ella aceptaría.
Bueno, debo dejar penar en eso ahora ya que quiero disfrutar los últimos minutos con ella.
Me giré para poder abrazar su cuerpo, pero cuando palmeé la cama no la encontré cerca mío, perezosamente abrí los ojos y al mirar, noté que ella no estaba en la cama.
Abrí los ojos de golpe, me levanté de la cama para mirar la habitación y al recorrerla vi que ella no estaba ahí, de inmediato me preocupé por lo que me levanté de golpe y cuando estaba por dar un paso, la puerta se abrió.
Miré, encontrándome con mi hermosa mujer mirándome curiosa.
-¿Ya tiene que irse?- preguntó.
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Con olor a flores //Erwin&tu
Fiksi PenggemarMi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...