Mi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...
*Suspiro* El juicio no ha ido de la manera en que esperábamos. Al final Hina morirá si no hacemos algo rápido, pero esa no era mi única preocupación sino que ahora tendríamos que ser niñeras de los traidores.
A Levi no le gustará esto...
Y todo esto lo decidí por el estúpido crío de Fubar que estuvo a punto de exponerse frente a todos, pero si no hubiera sudo por Mikasa y Braun que lograron detenerlo a tiempo, ahora estaríamos metidos en mucho problemas y todo lo que la legión trabajó hubiera sido en vano.
Caminaba con Hanji a la salida del edificio mientras me quejaba en voz baja de todo lo que había pasado, estaba frustrado y necesitaba de estar con mi mujer para calmar mis nervios, olvidándome por un par de horas de la legión.
Aunque debiéramos hablar de cómo sacar a Hina de esta situación.
-Tuvo suerte de que lo detuvieran o hubiera accedido a que Levi lo eliminara.- susurré irritado.
-Tranquilo Erwin.- dijo serena.- Sé que estás molesto, pero debes entenderlo, es un crío que solo tiene miedo y debe sentir el mismo pánico que tú cuando Amelie desapareció.
Dejé salir un suspiro ya que tenía un punto, pero la diferencia era mucha, la principal era la posición de ambos, él era un traidor y alguien a quien las murallas quería muerto.
Todo era muy distinto, pero..
-Supongo que es cierto.- dije rendido.
Seguimos caminando hasta que llegamos a la salida, 2 soldados acercaron nuestros caballos para así poder montarlos e irnos de ahí, rumbo a la casa de mi mujer.
Esta mañana que llegamos a las murallas, Amelie y Takato dijeron que iban a hacer unas compras para la panadería mientras nosotros estábamos en juicio, y me hizo prometerle estar con ella para poder pasar un tiempo juntos.
Como la nueva familia que seremos pronto.
-Bueno, cambiando de tema.- dijo serena con una sonrisa mientras cabalgábamos.- ¿Cómo está Amelie y el bebé? No pude verlos cuando estaban en la base.
Dicho eso puso una cara de tristeza mientras podía ver pequeñas lágrimas descender por sus mejillas. Era realmente gracioso, pero...
El tema del bebé aún es algo nuevo y extraño para mí, no dudaré que me causa cierto temor por el hecho de no saber cómo ser padre, pero lo que me intrigaba mucho era ver a mi mujer pasar por todos los estados del embarazo.
Tal vez... sea vea aún más hermosa.
Además, no me desagradaba la idea de algún día verla radiante, sonriendo con un crío parecido a ella en brazos.
*En su mente*
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