Mi vida siempre estuvo rodeada de muerte, siempre perdí gente a mi alrededor por lo que aprendí a vivir y pelear sin corazón. No había razón para hacerlo y todo se volvió una rutina, sin sentido ni objetivo hasta que el olor de tu piel despertó algo...
Han pasado meses y las cosas han empeorado para la legión. La desaparición de la panadera ha resultado ser un problema para los altos mandos ya que el comandante ha estado obsesionado por encontrar a la chica que había provocado una pequeña inestabilidad dentro de la legión.
Afortunadamente habían podido sobre llevarlo gracias al esfuerzo de los capitanes y mayores que se habían encargado de esconder el deplorable estado sentimental del rubio, pero no todo era era color de rosa.
-Erwin... Se han llevado a Hina.- dijo Hanji seria.
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Narra Erwin
Todo ha empeorado más rápido de lo que pude imaginar, tanto que me ha quitado el sueño; primero fue Amelie, tema que quedó en las mano de los estúpidos de la policía militar, y luego fue Hina.
He estado dándole vuelta a ambos asuntos hasta que una noche comencé a hilar algunas cosas lo que me llevó a una loca teoría de que ambas tienen algo en común, tal vez un amigo, conocido o mal recuerdo.
Es algo loco y desconfiado, pero me dio mucho en qué pensar aquella vez que ambas se encontraron por "primera vez", ya que Hina no es de confiar rápido y que haya estado tan amistosa con Amelie fue... bastante raro.
Aquello me dio mucho de qué pensar y terminé de confirmarlo cuando fue a buscarla aquella noche a su habitación, en lugar de ir a ver a Hanji, fue con alguien que acababa de conocer.
Me pareció curioso, pero no quise preguntar y mejor seguí observando, al final noté ciertas cosas que me parecieron bastante parecidas y que intenté ignorar, pero ahora es imposible hacerlo.
Me obsesioné tanto con esto que no pude evitar hacer un mural con toda la información y como un loco, comencé a hilar todo como si fuera una línea del tiempo hasta que me detuve en una parte, donde me faltaba una imagen.
Una pieza del rompecabezas.
Estuve sentado en mi oficina todo el día, leyendo el reporte de la investigación de Amelie, pero con forme leía veía la maldita incompetencia de la policía militar por lo que lancé los papeles al escritorio y le di un trago a mi whiskey.
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Todo era una pérdida de tiempo y las únicas que estaban pagándolo era Amelie e Hina. Dejé el vaso de vidrio y tomé la foto de Amelie que venía en el reporte, sonreí al verla y recordar nuestro tiempo juntos.
-Erwin.- dijo Levi entrando a mi oficina.- Necesitas descansar.
-Lo sé... lo sé.- dije cansado de escuchar eso, pero ¿Cómo podría? cuando mi mujer está desaparecida y mi amiga también.
-¿Estás bien?- pregunté al ver al azabache con una mirada turbia, intranquila.
-Sí.. solo me preocupa mi hermana.- dijo molesto de no haber tenido noticias.
