🌻Capitulo 13🌻

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Narra Amelie *semanas después*

Ha pasado un tiempo desde que vi a Erwin y podrá ser infantil, pero lo he extrañado tanto que he tenido que imaginar que está durmiendo a mi lado para así poder conciliar el sueño, pero no sé qué tanto podré usar ese truco.

Estaba terminando de hacer un pedido que iba dirigido a la legión, pero por alguna razón el hombre que siempre llevaba el cargamento había tardado mucho más de lo usual por lo que estaba pensando en qué podría hacer para cumplir mi trabajo.

-¿Qué puedo hacer?- me preguntaba mientras acomodaba los últimos panes en una bolsa de papel.

Estaba pensando cuando un hombre entró a la panadería, mire de golpe por el susto que me había dado, encontrándome con el hombre de las entregas, sudado y apenado por haber llegado tarde.

-Lo siento mucho, tuve un problema con mi mujer.- dijo mientras se quitaba el sombrero.

-¿Y su hijo?- pregunté al no ver al muchacho que lo ayudaba.

-Se enfermó y quedó en cama, por lo menos un par de días.- dijo un poco serio mientras comenzaba a subir todo.

-No se preocupe, entre los dos podemos hacerlo.- dije animada mientras me acercaba a él para empezar a subir todo el cargamento.

Estuvimos subiendo todo el pan con cuidado y sin aplastarlo junto a las demás cajas de víveres hasta que por fin pudimos acabar con todo, estaba por despedirme del hombre cuando una idea llegó a mi mente, una pequeña travesura.

Cerré la panadería con llave, subí a la carreta y miré al hombre que simplemente me observaba con curiosidad y cierta sorpresa.

-¿Qué es lo que hace, señorita?- preguntó el hombre curioso.

-Debo pedir una disculpa por el retardo del pedido, debo ser cortés con mi mejor cliente.- dije sonriendo en un intento de que me creyera.

-Bueno, debemos irnos si queremos volver temprano.- dijo el hombre feliz.

Sonreí y ambos empezamos nuestro viaje.

Allá voy mi caballero.

****

Estuvimos viajando durante unas horas y con cada segundo que pasaba, me encontraba más y más emocionada por ver una vez más a Erwin, me sentía ilusionada por verlo después de tanto tiempo, pero debía relajarme o de lo contrario me lanzaría a sus brazos frente a quien fuera.

-Ya casi llegamos.- dijo el hombre mientras sonreía más relajado.

Lo entendía ya que estar bajo el rayo del sol por tanto tiempo era agotador, pero todo eso se esfumaba con el simple recuerdo de volver a tener de frente al rubio de ojo azul que tanto había estado esperando.

Creo que estaba tan emocionada que comenzaba a sentirme mareada, poco a poco comenzaba a faltarme el aire, pero debía mantenerme fuerte, ya faltaba poco para volver a ver al amor de mi vida.

-¿Se encuentre bien?- preguntó el hombre preocupado.

-Sí, solo estoy un poco mareada.- dije un poco apenada.

-Beba un poco, el sol puede ser un poco abrazador.- dijo mientras me entregaba una bolsa de agua.

-Gracias.- la tomé y bebí un poco.

El agua era fría y fresca lo que me ayudó con el calor y a retomar mi compostura, por lo menos por el resto del camino.

****

Habíamos llegado por fin. Entramos a una especie de castillo y nos acercamos a la puerta principal donde unos guardias nos esperaban, bajamos de la carreta y comenzamos a bajar la mercancía.

Con olor a flores //Erwin&tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora