Ese día era una hermosa mañana, del mes de Julio. Ya habían pasado cinco años desde aquella trágica noche en la que Audrey había llegado a casa de su abuelo. Ese día era muy especial para ella, ya que era el día en que su tía Elizabeth la visitaba y la llevaba de paseo. Este paseo en particular era especial ya que le había prometido que la llevaría a un hermoso parque, donde habría muchos niños muggles con los cuales podría jugar. Y no era que Audrey no tuviera amigos simplemente que los amigos que tenía en su mayoría, habían sido escogidos por su abuelo y a ella y su tía no les agradaban mucho.
-Buenos días abuelo, buenos días Lala.- Una pequeña Audrey de tan solo seis años, se encontraba entrando al comedor mientras saludaba a su abuelo y a la elfa domestica.- Hoy es un día muy lindo ¿no les parece?- la pequeña niña hizo una pausa.
-Buenos días querida, pues si tienes razón hoy el día está muy lindo, y te vez muy feliz por lo que veo me alegro – En ese segundo se escuchó que llamaban a la puerta. Así que la pequeña salió a toda prisa hacia la puerta sospechando de quien se podría tratar - Audrey...que te he dicho de correr en la casa esos no son modales de una niña educada como tú, dijo Cornelius asomándose un poco por el pasillo.
Esta no hizo caso y corrió a abrir la puerta, tanto que casi choca con ella. Cuando abrió vio a la persona que más quería su tía Elizabeth. Ella no vivía con estos, vivía a las afueras de Londres en el valle de Godric. Para Audrey ella era la bruja más hermosa que podía haber. Era alta, no muy delgada, con el cabello largo y pelirrojo, aunque casi siempre cambiaba algún aspecto de su cara o el color del cabello a rubio no sabía porque pero eso era lo que le agradaba más. Ella trabajaba como aurora en el ministerio y por lo que decía su abuelo era de las mejores.
-¡Pequeña! no sabes las ganas que tenia de verte, te he extrañado tanto- entro a la casa y se agachó para abrazar a la niña, le dio un abrazo tan fuerte como siempre y un beso en la frente.- Mira lo grande que te has puesto ¿estas lista para irnos? – pregunto la joven bruja que tenía en brazos a su sobrina.
Cornelius llego hasta donde estaban, tanto él como Elizabeth solo se dirigieron una mirada, desde que Audrey recordaba ellos no se llevaban muy bien, ya que era raro el día en donde se dirigían la palabra y que no fuera solo para discutir. Ella no sabía a qué se debía o si ya eran así desde que sus padres se casaron o tal vez era que su abuelo no podía ver en aquella mujer algún parecido con el que fuera el esposo de su hija.
-Que gusto verte de nuevo Elizabeth, Audrey está muy feliz por su salida de hoy...Audrey querida ve por tus cosas y no olvides un abrigo seguramente en la noche puede refrescar- Elizabeth puso a la niña en el suelo y esta subió a su habitación por las cosas como le dijo su abuelo - supongo Elizabeth que estas enterada, sobre...que el actual encargado de dar el entrenamiento a los aurores se va, así...que estuve pensando en darte su puesto, después de todo tu entrenaste con Alastor Moody, y el mismo te recomendó así que ¿Qué dices aceptas?- Cornelius miro a Elizabeth con la esperanza de que esta aceptara.
-Muchas gracias por la oferta Fudge...Alastor ya me lo ha comentado también así...que supongo que sí. – Respondió esta al ministro con una leve sonrisa. - Oh pero mira cuántas cosas llevas ahí ¿estas lista?- La niña asintió y Elizabeth tomo las cosas que su sobrina llevaba en los brazos - bien pequeña despídete de tu abuelo anda – Audrey se puso de puntitas y le dio un beso en la mejilla a su abuelo -por cierto me gustaría que Audrey se quedara conmigo tres semanas ¿si no te molesta?
-Por supuesto que no es problema querida, si te parece bien en unas horas mandare algunas cosas de ella a tu casa, Lala las llevara – Fudge tomo por la mano a la pequeña. - Bien pequeña divierte y recuerda comportarte ¿de acuerdo?- este le abrazo y le dio un beso en la mejilla.
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Juegos del Destino
FanfictionAudrey Elizabeth Evans Fudge, se ha quedado huérfana y vive con su abuelo el Ministro de magia Cornelius Fudge. Su tía Elizabeth Evans trabaja en el ministerio y es una de las mejores hechiceras que hay en su campo. Este año es especial para ella...