El trol.

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      Mientras los tres veían como Hermione se alejaba, podían escuchar cómo Snape retaba a los gemelos, lo que hizo que Ron y Audrey se preguntaran ¿Cómo es que los habían atrapado?

― Esperen a que se entere mamá, los castigara hasta que terminen el colegio. ―Menciono Ron a sus amigos mientras seguía escuchando como los castigaban.

― Ron ese que viene ahí ¿no es Percy? ―escucharon decir a Harry. Ron y Audrey voltearon hacia donde señalaba su amigo.

― Oh oh...y no se ve muy feliz –expreso Audrey al ver como caminaba Percy hacia ellos― creo que, lo mejor será salir de aquí antes de que nos regañe a nosotros también. ―Los tres se dieron media vuelta y se alejaron del salón antes de que Percy los pudiera ver.

― Eso estuvo cerca eh, oye Audrey ¿Cómo es que puedes soportar a Hermione? –preguntó Ron a su amiga― es extraña y una pesada, es "leviooosa no leviosá"en verdad nadie la soporta, eres la única amiga que tiene.

De pronto, Audrey solo vio como Hermione pasaba caminando rápido justo por un lado de ella y como trataba de contener las lágrimas.

― ¡Ronald! –exclamo molesta Audrey al pelirrojo junto a ella― ¿cómo puedes ser tan tonto a veces?

― Creo que te escuchó Ron ―dijo Harry mirando a su amigo.

― Deberías disculparte con ella –empezó por decir Audrey mientras lo tomaba por la túnica― no es fácil para ella hacer amigos, si tú...estuvieras en su lugar tampoco sería fácil, venir de un colegio muggle y tratar de aprender todo lo que puedas sobre un mundo del cual no sabías que existía.

― Woow –exclamo Harry sorprendido― ya te sientes mejor cierto.

― Yo, perdón Harry, lo siento te juro que lo dije sin pensar, discúlpame si te ofendí.

― No te preocupes no hay problema.

― Yo los veré en la cena ―se adelantó unos pasos por delante de sus amigos estaba por irse cuando dio un paso hacia atrás para darle un golpe en la cabeza a Ron.― Y es enserio cuando te digo que te tienes que disculpar con ella Ronald.

Audrey se fue muy molesta del lugar, empezó a caminar pero no sabía a donde se dirigía. Así que entro a lo que parecía ser salón, pensando que ahí se podría encontrar Hermione, pero al entrar algo llamo su atención, en el lugar no había mesas o sillas, ni siquiera libros, solo había algo que parecía ser un espejo.

Se acercó hasta a el y lo que observo llamo su atención. Podía ver claramente a dos personas sonriéndole, se trataban de un hombre y una mujer, él era alto, delgado y su tez era tan clara que sobresalían con facilidad su cabello oscuro y unos ojos tan claros que parecían ser grisáceos y verdes como los de ella, aunque al verlo mejor parecía que su mirada guardaba una gran tristeza, aunque su sonrisa parecía decir otra cosa. Por su parte, la mujer no era tan alta como él, tenía una tez clara y facciones finas, su cabello rubio parecía enmarcar su bello rostro, que parecía sonreír con sus grandes ojos verdes que hacían ver que desbordaba gentileza.

Por extraño que pareciera aquella imagen le daba paz, y la hacía sentir segura y protegida. Sus rostros aunque desconocidos para ella, le parecían extrañamente familiares. Se quedó un largo rato mirando aquel extraño espejo, parecía estar hipnotizada, hasta que una voz la hizo volver a su realidad.

― Veo que encontraste el espejo Audrey ―escucho decir a Dumbledore que se encontraba detrás de ella― es un espejo muy especial, nos muestra lo que más anhelamos.

― Entonces, ―comenzó por decir la tímida chica tratando de entender lo que el profesor decía― es diferente para cada persona, profesor –hizo una pausa para ver a la persona junto a ella― ¿usted conoció a mis padres?

Juegos del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora