Cosas del destino.

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Pasaron algunas semanas desde que había recibido su carta de Hogwarts, y desde la visita que le hicieron a los Weasley. A partir de ese día se encontraba esperando con ansías, el momento en que su tía le llevaría al callejón Diagon, para comprar todo lo que necesitaría para el colegio. Aunque había algo que le preocupa, no tenía ni idea en que casa de Hogwarts podría quedar, pero sin duda esperaba que no fuera Slytherin.

-Audrey, estas lista cariño – Elizabeth acababa de asomarse en la habitación – tenemos que irnos ahora si queremos regresar pronto – entro a la habitación y tomo la lista de útiles que estaba sobre el escritorio – anda vamos, además tu abuelo no podrá acompañarnos ya que tiene asuntos pendientes en el ministerio.

Llegaron al caldero chorreante, había algunas personas comiendo o tomando algo, y otras tantas las voltearon a ver y comenzaban a hablaban por lo bajo, esto no era nada raro para ninguna de las dos, mucho menos para Audrey se podría decir que ya estaba acostumbrada a que la gente reaccionaria de esa manera ya que fuera por que estuviera con su tía o su abuelo. A lo lejos Elizabeth saludaba a Tom el dueño del bar y a una persona más que a Audrey le parecía algo extraña, pero también algo familiar pero no sabía de dónde.

-Ven Audrey, te presentare a alguien – tomo a su sobrina por el brazo hasta que llegaron con la persona, tenía un aspecto raro usaba un turbante en la cabeza – Oh Quirinus, que gusto verte por aquí – Empezó por saludar Elizabeth – mira Audrey él es el profesor Quirrell, enseña defensa contra las artes oscuras en Hogwarts.

-Mucho gusto profesor – la delicada chica le ofreció su mano para saludarlo – Soy Audrey Evans – le ofreció una cálida sonrisa al tímido profesor.

-E-E-Evans he, mu-mu-mucho gusto – El profesor Quirrell era una persona bastante delga y al parecer algo tímida también, tartamudeaba al hablar y las manos le temblaban un poco.

-Oh Hagrid – Elizabeth saludo a un hombre bastante alto que era u poco torpe al caminar, ya había tumbado una mesa al momento de acercarse – que sorpresa verte por aquí tenía tiempo que no te veía. – A Audrey aquella escena le pareció bastante divertida y tierna, tenía tiempo sin ver a su tía sonreír de esa manera.

-Elizabeth, lo mismo digo hace mucho que no te veo por el colegio –dejo de hablar cuando noto quien iba con ella - ¡oh! ...pero que veo tú debes de ser la pequeña Audrey la sobrina de Elizabeth, pero mira cómo has crecido, no te veía desde que eras una bebe – Hagrid le dio una gran sonrisa a la niña –por cierto perdón profesor, espero no haber interrumpido algo importante pero el Profesor Dumbledore me pido que acompañara a...por cierto donde esta - los tres vieron como Hagrid buscaba a alguien con la mirada.

-Creo que la persona que busca está ahí señor – Audrey señalo hacia un grupo de gente que se encontraba hablando alrededor de alguien más que parecía querer salir de ahí.

-Que...oh muchas gracias Audrey pero puedes llamarme Hagrid esperen un momento iré por él para que lo conozcan –dio solo unos cuantos pasos, y vieron como con su gran brazo saco a un niño del grupo de gente, a Audrey algo le parecía familiar de aquel niño pero no sabía que – Mira ella es Elizabeth Evans es una de las mejores auroras que el ministerio pudiera tener y esta niña de aquí es su sobrina y la nieta del ministro de magia Audrey Evans, ella también comenzara su primer año en Hogwarts igual que tú y él es...

El semi gigante seguía hablando, Audrey por su parte trataba de recordar porque su rostro le era tan familiar, pero no recordaba donde lo había visto antes, sin embargo tenía la enorme sensación de que ya lo conocía de antes. De repente una imagen vino a su cabeza, cuando tenía seis años visito un parque con su tía y ahí fue donde lo vio.

-¡Harry! – Grito con emoción esta al hacer memoria. Los dos se abrazaron y los tres adultos solo los miraban extraños.- esto sí que es raro...

-¡Audrey! Esto si que es raro – Harry estaba tan emocionado de verla de nuevo –entonces... ¿también eres una bruja? –los adultos no los dejaban de ver en especial Elizabeth y Hagrid. Los dos niños reaccionaron cuando escucharon un resoplido de Hagrid, había sacado su enorme pañuelo para secarse las lágrimas. –Hagrid ¿estas llorando?

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