서른여덟

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Escuchó un codo traquear, mientras miraba de reojo su esmalte de uñas, había perdido la cuenta hacía rato de cuántas partidas de póker llevaban. A ese punto ya actuaban en automático, solo seguían jugando por mantener las manos ocupadas mientras conversaban variedades.

—Gracias por haberme invitado a venir—susurró ella con sinceridad.

—Has venido cualquier cantidad de veces aquí, ¿de qué estás hablando?—la miró Seokjin.

—Pasó que...—contuvo la risa—mi hermano tenía graduación virtual y ahora mi mamá está enojada conmigo porque no dejé de burlarme con Lucas todo el rato.

—Grosera.

—Es lo más ridículo que he presenciado—agachó la vista y comenzó a reír—. Mi papá estaba con saco y corbata y en la parte de abajo estaba en pijama y chancletas. Lucas se venía levantando—se cubrió la sonrisa con la pequeña mano.

—¡Ah, Gea-yah! No seas así, tu hermano de seguro soñaba con su graduación y no pudo tenerla por la pandemia. Es muy triste...—Seokjin hablaba mientras revolvía la baraja de cartas.

—Lucas no sabía ni qué estaban celebrando—siguió riéndose.

—Yo te habría echado en los primeros diez minutos—opinó Yoongi.

—Si hubiesen estado ahí estarían riéndose conmigo.

—Por cierto—la llamó Seokjin—¿Cuándo se supone que te gradúas?

—¿Irías?—le entrecerró los ojos con una sonrisa.

—Por supuesto, para que luego nos lleves a cenar.

—Como Jungkook—se rió—. Me faltan dos años todavía, en agosto entro a junior year.

—Si no estamos en servicio militar nos tendrás que llevar a comer después de la ceremonia.

—Está bien.

—No sabes en lo que te has metido—chistó Yoongi.

Gea lo miró nerviosa.

—Empezaré a ahorrar desde ya.

—Me imagino lo difícil que será para ti conseguir un millón de wons.

—Seguro que sí. American Express debe de hablarle como si fuera un bebé prematuro—se burló Yoongi.

—La maknae line no me trataría así—gruñó.

—Si los cuatro son la misma mierda calenturienta y deprimida—volvió a comentar el menor de los dos artistas.

—Hoy estás risueño.

Yoongi intentó contener la risa. Posiblemente permanecería como una pequeña complicidad entre los tres como Gea se sentía mayor jugando cartas con esos dos, mientras que ellos por el contrario se sentían más jóvenes cuando lograban hacerla reír. Era un intercambio silencioso y hasta avergonzado del que nunca alcanzarían a hablar directamente; sin embargo los tres sabían que disfrutaban coincidir y que cuando todo se apagaba cada uno pensaría en lo bien que la pasan juntos, comenzando la espera de la próxima ocasión.

—Ah, recuerdo cuando tenía tu edad—dijo Seokjin con una sonrisa nostálgica.

—¿Apenas abolían el esclavismo, a que sí?

El mayor la miró con indignación.

—Juntarte tanto con Jungkook no te está dejando nada bueno en lo absoluto, Yoongi tiene razón.

—Juntarse con Jungkook es aceptar la idea de que te verás como Cuasimodo mientras estés a su lado.

Yoongi suspiró resignado—. Qué guapo que es.

𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora