Valentín Saavedra tomó los vasos de la mesa y se los llevó a la cocina, Samuel estiró su espalda soltando un extraño sonido. La cena venía concluyendo en el hogar de los Saavedra y ahora transitaban por la fase de pereza antes de ir a la terraza a tomar hasta cerca de la una de la mañana. Lucas y Salma conversaban en la cocina, y el menor de los tres hermanos parecía estarle hablando de algo que lo incomodaba.
Gea adoraba a su familia. Adoraba la casa en Corea del Sur, que era espaciosa, con muchos ventanales y colores caoba.
Miró hacia el corredor trasero, que tenía vidrio en lugar de paredes, era extenso, ambientado con luz blanca, tenía un bar y estantes de vidrio atiborrados de botellas, que en esencia eran un capricho del padre de la familia. Miró los sillones de piel y el televisor gigante que calculó sería encendido en aproximadamente media hora, cuando espabilaran y decidieran juntarse en los sillones para conversar y ver vagamente alguna serie de televisión mexicana.
Estaban enganchados con Club de Cuervos últimamente.
Le encantaban los fines de semana en casa, cuando podía sentarse a conversar con una bien restringida cantidad de copas de sangría junto a toda su familia sin la mayor preocupación que la agobie.
Hasta el momento, la noche tenía pinta de ser tranquila y cotidiana, pensó en ponerse pijama más temprano que de costumbre, o quizá tomaría una tina de veinte minutos.
Su teléfono emitió un corto y llamativo sonido, y sus planes para esa noche se cayeron.
El pulso se le aceleró y de la forma más disimulada, se retiró de la mesa a su habitación.
Ya sabía de la llegada de Bangtan Sonyeondan al país. Los medios coreanos tenían esa manía extraña de no dejar pasar una sola salida u entrada de un famoso al territorio nacional. Los había visto junto a Jimmy Fallon en el metro de Nueva York, y eso solo la hizo extrañarlo más.
No previó la sinceridad de Namjoon, cuando le envió un mensaje diciéndole que ya había regresado y que quería verla.
Se sintió como una adolescente enamorada, al voltear por completo sus planes para la noche con la llegada de un simple texto. La idea de la pijama y el baño de burbujas se fueron muy lejos de su mente, junto a la de pasar la noche conversando de nimiedades con su familia. Ahora tomaba lo primero que veía en el armario, junto a las primeras tenis que alcanzó, para salir a verse con Namjoon.
Abotonó el pantalón gris, que le quedaba bien ancho de piernas, se enfundó en un suéter tejido rojo oscuro. Y estaba amarrándose los cordones de los tenis negros cuando Lucas entró a la habitación y tomó asiento en la cama.—¿A dónde vas?
—Saldré un rato.
Lucas arqueó una ceja.
—¿Vas a ir a zorrearte a aquel, verdad?
Gea chasqueó la lengua.—Siempre todo lo ves con morbo, Lucas. Acaba de llegar de Estados Unidos y me escribió para que nos viéramos—comentó sencilla.
—Te gusta—la acusó.
—Somos amigos—suspiró ella abriendo cajones, buscando unos aretes bonitos.
—Amigos mis huevos—gruñó—. Te estás arreglando para ir a verlo como si fuera la reina de Inglaterra. Ni para HaSup te arreglas así.
La mayor suspiró y decidió ignorar sus comentarios.
—Vuelvo temprano.
—Temprano para el desayuno—escupió irónico.
Dio con su hermano mayor en el oscuro segundo piso, camino a las escaleras, a la planta baja donde se concentraba todo el ruido y luz en la casa.
—¿A dónde vas?
—Con Nam.
Samuel la recorrió con la mirada y le sonrió con una ceja arqueada.
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𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim Namjoon
Fanfiction¿𝘘𝘶𝘦 𝘤𝘭𝘢𝘴𝘦 𝘥𝘦 𝘢𝘭𝘮𝘢 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘴? 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘦𝘢 𝘮𝘦 𝘩𝘢 𝘮𝘢𝘯𝘵𝘦𝘯𝘪𝘥𝘰 𝘢 𝘵𝘶 𝘭𝘢𝘥𝘰 𝘯𝘪 𝘴𝘪𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘵𝘦𝘯𝘨𝘰 𝘳𝘦𝘤𝘶𝘦𝘳𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘰𝘺 𝘵𝘢𝘯 𝘢𝘣𝘶𝘳𝘳𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘴𝘮𝘢 𝘮𝘪𝘳𝘢𝘥𝘢 𝘨𝘳𝘪𝘴 𝘦𝘯 𝘵𝘶...