스물 아홉

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    Al abrir los ojos, en la mañana del domingo, las cosas parecen volver a su lugar, un tanto más tranquila. Transitando la fase en la que se ha repetido tantas veces sus propias mentiras que empieza a convencerse de estas.
    La familia Saavedra pasa un bonito desayuno, y de estar en su país natal, habrían ido a misa.
    Se pregunta por remedios contra el orgullo y el miedo al amor. No ha hablado con HaSup desde que llegó a casa, le ignoró para las últimas horas antes de dormir, pues no estaba disponible para personas que no le hicieran sentir hasta lo más profundo de los huesos. El día era agradecido, para la época del año que corría, el cielo de domingo era agradable para ella, haciéndola dejarse caer sobre el césped de su patio. Dando gracias, comparando sensaciones y asustándose a si misma con conclusiones que posteriormente ignoraría. La madre durante ese momento de aislamiento e introspección de su hija se dedicó a observarla en silencio, con las manos delicadamente dejadas a los lados, uniendo sus propios puntos y esperando por que una vez más su linda Gegi tome la decisión correcta con respecto a su vida y lo que la hace feliz.
    Las nubes se movían y transformaban frente a sus ojos cargados de confusión, ella también se mantenía en constante cambio, sin embargo, Gea mutaba al ritmo de las perennes estaciones, no al de los efímeros días y noches. Esto último sería un factor de sí y no, hasta el suspiro final, esa era ella.
    ¿Namjoon le esperaría hasta la primavera, cuando finalmente el florecer quede vencedor ante los grados bajo cero? ¿Por qué ambos lucían como si estuvieran esperando por un desencadenante punto de quiebre? Ingresa a casa cuando completa su sesión de auto reconciliación y disputa. En las notificaciones de su teléfono encuentra a Lee HaSup, So HaeRim, Choi BaDa, Park Jimin y a Kim Namjoom.
   Realmente, el drama solo estaba dentro de ella, porque de tomar sus llaves en ese momento e irrumpir en el departamento de Bangtan, los siete le recibirían con tanto cariño como de costumbre, eso sí, le dirían que la echaron de menos la noche anterior, haciendo a la culpa regresarle. Quizá por eso no se dignaba a presentarse en el hogar de sus queridos vecinos. Evitar su amistad con esos siete sería complicado ese domingo, se los imaginó a todos aburridos, queriendo verla debido a su ausencia de la noche anterior, debatiendo quién le mandaría un mensaje para invitarla a aburrirse con ellos, podría ser con ganas de burlarse colectivamente de Namjoon, o escucharla cantarruear en español, daba igual, su amistad era realmente sencilla, para las personas que eran.
    No parece especialmente interesada en bañarse temprano ese día, o en el simple hecho de existir. Deambula por la casa en pijama, con el pelo suelto enredado, llega al comedor, donde tiene vista al corredor trasero de la casa, donde ve a lo lejos a sus hermanos. Unos metros a su izquierda: estaban los padres en la cocina. Sus voces mezcladas entre las habitaciones la hacen sentir tranquila, Namjoon pierde fuerza entre sus pensamientos y el panorama deja de serle tan dramático. Una vez más, su familia hace disipar esos pensamientos incómodos. La casa se comienza a avivar y el casual ambiente de domingo en el hogar de los Saavedra en Corea del Sur se hace palpable en cada rincón. Samuel estaba acostado perezosamente en el mismo sillón en que su mamá estuvo la noche anterior, Lucas estaba acostado boca abajo sin camisa sobre los taburetes del bar. Los papás de los Saavedra daban vueltas por la cocina y conversaban animadamente, debatiéndose qué hacer de almuerzo ese día.
    La castaña oscura se acercó a ellos y quiso formar parte del debate.

—No, pasta no, comimos eso el jueves.

—¿Pescado?—propone el patriarca.

—¿Y nos dejas tomar vino?—cuestiona Gea con una sonrisa inocente.

    La mujer mira mal a su hija y se vuelve hacia su marido:—Te dije que eran demasiado jóvenes para acostumbrarlos a comer carne con alcohol—reclama Salma.

—Mujer, niégame si no tienen estilo estos dos sosteniendo una copa de vino blanco.

    El semblante de la mamá se suaviza y finalmente ríe tímidamente.

𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora