열둘

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    Acostada en uno de los sillones del lobby de la Yongsan International, se encontraban Gea y MunSang, ambos boca arriba con las piernas alzadas en el aire, al lado de las cabezas había bolsas con dulces, conversaban tranquilamente, rodeados del resto del estudiantado, ajenos a cualquier tipo de preocupación.

—Entonces...¿BaDa te suturó la herida al final?

—Sí, ella tiene madera de doctora, de cirujana, más que todo.

—Yo solo tengo madera de estúpida.—Suelta la latinoamericana con amargura, llevándole una gomita a la boca a MunSang.

—A mi me das pinta de arquitecta, o diseñadora de algo.—El muchacho estira el brazo e imita la acción de Gea con ella.—¿Has pensado en quedarte en Corea después de graduarnos?

Ella suspira, mirando las láminas blancas del techo, masticando el dulce en su boca.—Tal vez, con suerte entro a alguna universidad.

—Bueno, yo voy a ser geógrafo.

—Sí, es buena opción, te quedaría bien.

—¿Sabes que es lo que te falta para empezar a amar a Corea?—la voz se le tiñe de emoción al asiático.

—¿Irme?

Él suelta un sonido de molestia, para volver a hablar:—No, idiota, te falta ir a Octagon, con HaeRim y BaDa.

—¿A dónde?

—Espera un segundo—el castaño baja las piernas y se incorpora en el sillón, Gea lo ve buscando algo con la mirada por todo el salón, hasta que se detiene en un sillón a unos cuántos metros.—¡HaeRim-ah!—Exclama.

En ese momento, la surcoreana se encontraba viendo una película desde su celular desde otro de los sillones de la sala, al escuchar su nombre levantó la vista, encontrándose con el rostro emocionado de MunSang.

—Oh no...—susurra HaeRim aterrada.

—¡Ven aquí, apúrate!

La castaña clara se levanta, un tanto nerviosa por la emoción del muchacho, quien tenía ocurrencias estúpidas cada nada.

—¿Qué pasó?—Dice una vez ha llegado al lado de ambos jóvenes en el sofá.

—¿Por qué no has llevado a Gea a Octagon todavía?—Le cuestiona él en un tono casi de regaño.

La surcoreana abre los ojos de par en par en ese instante, comienza a sonreír excitada y alternando la mirada con ambos adolescentes frente a ella.

—¡Gea-ssi, hay que llevarte a Octagon!

La extranjera no entendía una mierda de lo que hablaban, tenía una mueca de desagrado y confusión, necesitaba explicaciones y tal vez bajar las piernas, empezaban a dormírsele.

—Mira,—comienza la contraria—Octagon es un club nocturno en Gangnam-gu, tiene buen ambiente, la música es muy buena, es muy difícil entrar y hay seguridad por todas partes, el área VIP es lo más tranquilo e inmoral del mundo, ¡te va a encantar!

—¿Cómo es que logras ingresar a esos lugares?—Le cuestiona Gea con una expresión extrañada.

    La castaña clara suspira suavemente, un atisbo de melancolía le recorre el rostro, alza las pestañas en dirección a su amiga, quien esperaba una respuesta convincente para tales privilegios.
    Munsang vuelve a acostarse en el sillón y Gea asume que el asiático ya conocía bien esa historia.

—Estuve con alguien que forma parte de la industria del entretenimiento. Conocí bastantes personas, amistades, contactos. Ya sabes: todo eso que tanto importa aquí.

𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora