아홉

198 18 0
                                    

—Tal vez debería estar durmiendo, tengo un vuelo mañana—el rubio hablaba a su lado en una pose relajada.

—¿A dónde irá, Namjoon-ssi?

—Los Ángeles.

   La menor se mantiene pensándolo unos cuantos segundos:—Eso es un vuelo de unas once horas, ¿verdad?

   Namjoon asiente con una mueca de resignación.
   Gea sonrió, aquella ciudad le encantaba, también sintió cierta honra al saber que el mayor no iba con simples fines de placer o entretenimiento, él iría a trabajar, a dejar a su país y su talento en alto, y quién diría que esa misma persona era quien la acompañaba por las madrugadas para conversar por un par de horas.

—¿Los Grammy, cierto?

—Así es. Vamos a presentarnos.

—Ojalá tenga un rato libre y pueda salir por ahí a ver la ciudad, hay demasiado que hacer.

—¿Ya ha ido, Gea-ssi?

—En mi familia soy la primera en proponer ir a California para el verano—contesta ella con fingida superioridad.

—Es una ciudad movida.

—¡Es lo mejor del mundo! La ciudad pasa activa las 24horas, la playa, la gente, todos esos edificios de disqueras y estudios de grabación.

—¿Le gustaría formar parte de la industria, acaso?—La mira fijamente, levantando un poco la barbilla.

   Gea es invadida por sueños rotos, mira al frente y frunce levemente el ceño—Tenía una diminuta idea de lo que quería hacer con mi vida hasta que me dijeron que me iría a vivir a Corea del Sur.

   Namjoon la mira con atención, perdido en la madurez de su voz, el destello de su mirada disminuyó en esa frase, sin embargo no dejaba de parecerle bonita, tampoco pasaba por alto el hecho de que cada vez lucía más tranquila y despierta.

—Qué bonito hoodie.—Suelta Namjoon, luchando por llevarse la conversación lejos de la melancolía nocturna con la que solía llegar la castaña oscura.

   Gea se examina fugazmente, encontrando un color blanco, lleno de letras con fuente de estilo medieval.

—Ah, Kanye, sí—dice Gea con simpleza—A ese no he tenido la oportunidad de verlo por West Hollywood.

   Namjoon sonríe levemente, viendo la marca de uno de sus artistas favoritos vestir a la linda muchacha esa noche, había ganado un punto más esa ocasión al haberle evidenciado ser una seguidora de Kanye West, surgió en la mente de idol qué otros artistas andarán por su vida cotidiana y forma de vestir, cada noche era una pincelada de las profundas facetas que la foránea poseía.
Namjoon siempre volvía a casa con el deseo de saber más sobre Gea Saavedra.

—Entonces, ¿qué lugares me recomienda en California?

—El Broad, para ver la mesa gigante. Si tiene a alguien que hable inglés que lo acompañe, en The Comedy Store suele formarse un ambiente bastante agradable, a mi hermano mayor le gusta mucho. Y si no tiene tiempo de nada, y por azares del destino pasa por la 640 en Main Street, ahí está el Stay in Main, el antiguo Hotel Cecil.

—¿Qué hago en caso de sí tener tiempo para visitarlo?

—No hace falta. Cuide su vibra.

—Intentaré ir a al menos uno de los lugares—él le sonríe amable.—También gracias por preocuparse por mi vibra.

   Ella sonríe, ahogada en comodidad y gratitud por las noches que Kim Namjoon le brindaba, por su parte de responsabilidad en su progreso a la hora de adaptarse a Corea del Sur y modificar su forma de ver la situación.
   Recuerda su último avance dentro de la intimidad de su hogar, da un pequeño salto y le mira con ilusión, a lo que él le mira un tanto extrañado.

𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora