열여섯

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   Cuando Namjoon dejó a Gea Saavedra sentada en el sillón de su casa, eran apenas las ocho de la noche, le prometió no tardar más de veinte minutos en su llamada con Bang PD nim, sin embargo, para cuando bajó en su búsqueda, eran casi las diez y media.
     Fue recibido por gritos coléricos de Jimin, quien se llevaba las manos a la cabeza con un semblante de desesperación, otros de los presentes reían, Yoongi se restregaba una mano por el rostro, al encontrar a Gea sentada entre Jungkook y Jimin, la observó con el rostro pegado a la mesa, mientras también la escuchaba reír estruendosamente.

—Veo que se divirtieron.

   Las siete personas en la mesa desvían la atención al moreno, quien reaparecía después de casi dos horas con una sonrisa apenada para la castaña. Después de eso, el enfoque de Namjoon se va hacia la mesa, en la que se encontraba un sacacorchos, una bota de Jungkook, un florero que si mal no recordaba iba en el mueble de la entrada, unos cuantos billetes y varios aretes y pulseras.

—¿Qué estuvieron haciendo?

—Jugamos cartas—le responde Gea.

Logra entender lo que estaba sucediendo—¿Apostaron?—Dice un tanto alarmado.

   Sobre el regazo de Gea localizó una gorra de béisbol, un micrófono de karaoke, algunos objetos pequeños y brillantes, billetes y uno de los juguetes de Yeontan.
Los siete asienten con la cabeza con distintas expresiones, todas daban risa desde distintas perspectivas. Tal vez recordando que ese no había sido el acontecimiento más grave de la velada.

—¿Por qué Jungkook solo apostó una bota?

—Porque le dije que podía lograr ganarme el par por separado—le explica la fémina, para señalar la bota faltante que estaba acomodada tras su espalda, la tomó y la elevó en el aire—llevo una de dos.

En ese momento, Jungkook suspira con molestia.

—Creo que no fue buena idea dejarte con ellos.

—¿De qué hablas?—dice Seokjin con indignación—Ya dejamos pendiente una noche de Monopoly para cuando volvamos de América.

   El líder observaba aquella escena perplejo, sin lograr explicarse en qué momento construyeron tal relación de amistad en solamente un par de horas, pero todo cobra sentido una vez vuelve la vista a Gea Saavedra, quien en ese momento conversaba con Hoseok a su frente, la mira sonreír, presente en la conversación, con su acento reluciendo entre los demás que tenían al coreano como lengua materna, lucían cómodos ante su presencia. Aunque sí era notorio como algunos le conversaban más que otros, sin embargo, el simple hecho de haber logrado ser del agrado de los seis varones, que tenían distintos gustos al momento de conocer personas, era una hazaña grandísima. No esperaba menos de su camaleónica Gea Saavedra.

—Gea intentó enseñarnos español.

—Vaya favoritismo, a mi máximo me habla en inglés—se mofa el peli morado.

—Insistieron mucho—se encoge la fémina de hombros—y Seokjin no puede pronunciar bien la B.

—¿Qué intentó enseñarles?

—Lo básico: por favor, gracias, buenos días, buenas noches.

—No quiso enseñarnos malas palabras—se queja Yoongi.

—Corrientes—los mira ella con desaprobación.

—¡Hyung! El primer video nuestro que vio Gea fue el trailer del comeback de Yoongi hyung.

Yoongi y Gea rieron con timidez, recordando el momento de gritos y emoción cuando Gea les confesó aquello entre las partidas de naipes.
La extranjera recordó otro gracioso momento, y volteó la vista a Namjoon.

𝗦[𝗘]𝗢𝗨𝗟𝗘𝗗 | Kim NamjoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora