Lies

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Al llegar al hotel ambos estabamos bastante cansados, por lo que la noche se trató de comer la cena que incluía la estadía, e ir a dormir. Sí, a dormir.

Sin embargo, hoy a la mañana decidimos cambiar eso. Tras el desayuno que también está incluído, decidimos salir a caminar por la playa, pues, yo nunca había estado aquí. En realidad, la única playa de Inglaterra que conocía hasta el momento era la de Brighton, y eso fue gracias al mismo personaje que me acompaña ahora.

Disfrutamos del ruido que nos proporcionan las aves junto las olas que chocan con la orilla hasta que Tom decide detenerse llevando mi atención a él. Toma posición frente a mí, y yo le observo confundida.

—¿Qué? —rio nerviosa.

—Te voy a echar de menos.

—Tom...

—Enserio —coje mi mano.— Lo de la costumbre esta, es real. Sé que voy a estar haciendo lo que me gusta, pero sería mejor si tú estuvieras ahí para recibirme, o simplemente ver lo que hago.

—Te recibiré cuando vuelvas —Tom cambia su expresión disconforme.— Lo sé, faltará para eso y no será lo mismo. Pero nos tenemos ahora, y nos tendremos ese fin de semana cuando me enseñes lo bonito que me imagino, es Italia.

—Te mostraré lo bonito que es el mundo —sonrie.— Recorreremos juntos todos los lugares que anheles.

—No tengo tanto dinero —rio.

—Para eso...

—No te atrevas —Tom rie.

—Lo que sea para hacerte feliz, y tenerte a mi lado —se encoje de hombros.

Mi corazón se derrite. Esto me asusta ¿Enserio no voy a despertar? ¿Esto no es un sueño? porque se siente como tal.

—Si estas conmigo ya cumples con hacerme feliz, Tom. No necesitas llevarme a recorrer el mundo.

—Se que te gusta viajar, he podido notarlo. Algún día lo haremos... —elevo una ceja.— eventualmente, cuando tú tengas tú dinero y no sientas que te aprovechas de mi —rueda los ojos.

—Muy bien dicho, Holland.

Niega con la cabeza. Entrelazo mi mano con la suya para invitarlo a continuar caminando, a lo que el responde rapidamente.

—Y... —guarda silencio, hasta que decide lanzar su pregunta.— ¿No te gustaría que visitaramos juntos tú país?

—¿No le temes a la muerte? —pregunto divertida.

—¿Qué? —un tono de sorpresa acompaña su voz.— ¿Por qué lo dices?

—Porque si acá se emocionan al verte... allá probablemente debamos contratar... mmm... unos 100 guarda espaldas.

—Estas exagerando.

—Creeme que no. Además, puedo asegurarte que querrán asesinarme por ser la suertuda que está contigo.

—Pero, algún día tendremos que ir ¿no?

—Sí. Pero, tendrás que conseguirte un mejor difraz que el de cosmo —reimos ante el recuerdo.

—No era un disfraz de cosmo.

—Tú pelo verde quedaba perfecto para pensar que sí —continúo riendo.

—Pude haber sido Wason, para hacerle la pelea a Harrison.

—Cierto... Harrison —el recuerdo de un Haz bastante borracho cantando junto a Tuwaine invade mi cabeza.— hace días no lo veo. Deberías invitarlo a una cita doble —comento entusiasmada.

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora