El resto del desayuno nadie pronuncia las palabras suficientes para llamar a los intercambios de palabras una conversación. Es más, me atrevería a decir que los únicos que hacen los intentos por llegar a eso, son mis tíos.
El ruido de la silla correrse llama la atención de todos. Es James que se ha puesto de pie.
—Voy a casa de Felipe —observa a mis tíos.— no hay necesidad en que se lo digan a mis padres, de todos modos no sabrán de que están hablando.
—James —le llama la atención Amparo, pero él decide ignorarla.
—Déjalo —interrumpe mi tío Gonzalo.
—Pero, no puede decir eso, mis padres...
James termina de mover su cuerpo fuera del comedor. Todos sentimos sus paso alejarse en dirección a la salida de casa.
—Sí —responde mi tío.— y él también está lideando con todo esto de la mejor forma que puede.
—Como sea —espeta Amparo poniéndose de pie.— ya hemos terminado de todas formas.
Esas son sus últimas palabras, y al igual que mi hermano abandona el comedor, pero a diferencia de éste último ella se dirige a su habitación.
—Voy a... —Laura pronuncia.
—Claro, ve tranquila —asiente mi tío.
La novia de mi hermana sale en busca de ella, dejándonos a Tom y a mí a solas con mis tíos.
Noto como la pareja comienza a dedicarse miradas, hasta que uno de ellos decide hablar.
—Le llevaremos comida a tus padres —comenta mi tía Jazmín.— ¿Pueden levantar las cosas que queden aquí?
—No hay problema.
Tom les dedica una mirada, esta se ha convertido en la única respuesta durante los últimos minutos.
Mis tíos proceden a ponerse de pie, lo que hace que Tom termine por cerrar los cabos sueltos para comprender que eso es lo que estaban comunicando. No tardan mucho en abandonar el comedor, pero no se van muy lejos, pues la cocina está prácticamente al lado.
—Han pedido que llevemos las cosas del desayuno de vuelta a la cocina —explico.— Ellos irán a servirles algo de comer a mis padres.
Tom se limita a asentir, y cuando yo lo hago, él también se pone de pie. Comenzamos a movernos con lentitud al rededor de la mesa para agrupar cada una de las tazas que utilizamos. Lo hacemos en silencio, hasta que él decide terminar con eso.
—¿Lo decías enserio? —pregunta evitando mirarme directamente.
Dejo aquella taza que acababa de posarse en mis manos sobre la mesa. A diferencia de él, no busco evadir su mirada.
—¿Crees que puedo volver cuando las cosas están... así?
—No, pero tus planes...
—Ahora mis planes están con mi familia, debo cuidar de mis padres, de James... mis tíos no estarán aquí por siempre. Tampoco les corresponde hacerlo, para eso estamos mis hermanos y yo.
—Tus padres tampoco estarán así por siempre, ellos quieren que cumplas tus sueños.
—Y yo quiero que ellos estén bien. No puedo pensar en volver, Tom. Han perdido un hijo.
—Tú un hermano.
—Lo sé, todos perdimos.
—Estabas estableciendo tú vida, tienes tus amigos, tú...
—Tom.
Guarda silencio, y se decide a continuar con sus movimientos. Volvemos a escuchar sólo el sonido de los platos montandose unos sobre otros.
De pronto sus ojos me encuentran.
—¿Y nosotros? —pregunta inseguro.— ¿Qué pasa con nosotros?
—No puedo pedirte que me esperes —respondo con aquella presión en mi pecho.— ya he sido lo suficientemente injusta contigo como para seguir con eso.
—¿Crees que esto tiene que terminar? —sus manos abandonan el platillo, y se dejan caer a sus lados.
—¿Tenemos que hablar de eso ahora?
—¿Lo íbamos a hacer en algún momento? ¿O esperarías a que estuviera de vuelta en Londres para hacerlo?
—Iba a decírtelo —musito.
—Entonces si crees que esto debe terminar.
Resoplo cansada, y dejo que mi cuerpo se apoye en una de las sillas que se encuentran frente a mí.
—No sé si algún día volveré a Londres, Tom. No sé cuánto le tome a mi familiar reconstruirse después de todo esto. ¿Quieres que te pida que me esperes? No puedo hacer eso, tienes tú vida allí, tienes proyectos, tienes que seguir moviéndote. Si yo estoy lejos me volveré en una preocupación más para ti.
—No tomes decisiones por mí.
—¿Me vas a esperar? —sonrío con algo de dificultad.
—¿Crees que no podría tomar un avión a último minuto como lo he hecho ahora? —su cuerpo se posiciona frente a mí. Sus palabras disminuyen mi presión emocional.— Lo haría cada vez que sea necesario.
—Tom...
—No voy a renunciar a esto. Tampoco te voy a pedir que vuelvas, entiendo todo lo que está pasando, pero por favor tú no me pidas que deje esto —su mano se posiciona en mi mejilla.
—Sólo quiero que estés bien.
—Y estoy bien cuando no siento que te pierdo —responde.— Hemos pasado por tanto... ambos hemos tomado malas decisiones. No permitiré que un momento oscuros termine de llevarse todo lo que hemos intentado construir. Sé que es contigo con quien quiero ester, y aunque estés aquí o en Londres, eso no va a cambiar.
—¿Podremos con esto? —mis ojos se humedecen.
—No mereces perder nada más.
—Probablemente no te merezco a ti —rio por lo bajo, mientras una lágrima se desliza por mi mejilla.
—No digas eso —murmura.— seré tuyo ________, hasta que el para siempre se derrumbe.
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No drama, just love.
¿Qué tal su día? ¡Que tengan buena semana!
Anuncio... esta historia está acercándose lentamente a su final. Gracias por tanto, ver que sigue creciendo me llena de alegría. Gracias por compartir me sus opiniones, por hacerme reír con sus comentarios, por todo. No seguiré porque parecerá una despedida y eso aún no llega jajajaj
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Cuando seas mía // Tom Holland & tú
Fanfiction_______ es una chica de 23 años que decide perseguir sus sueños de la mano de su mejor amiga, yendose a vivir fuera del país. En esta aventura se encontrará con las fantías que tenía desde que tenía 17 años.