Fuck you

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Sam se aparta de mí al notar que mi cuerpo se ha tensado. Sabe que me he percatado de su compañía.

—¿Qué haces aquí? —por fin las palabras abandonan mi boca.

—No respondías mis mensajes, tampoco mis llamadas. Lo último que supe de ti fue a través de una entrevista.

Su mirada se fija en la mía sin intención de apartarla. Sin embargo, yo desvío la mía hacia la de mi amigo.

—¿Por qué lo has...

—Créeme que la última cosa que haría es traerte a Tom después de lo que hizo —Sam me interrumpe de forma inmediata. Le lanza una mirada de evidente desprecio a su hermano.— Él ha venido por su cuenta.

—¿Podemos hablar? —su voz vuelve a chocar con mis oídos.

El silencio se apodera de la entrada de mi casa, hasta que Sam decide volver atacar a su hermano.

—Te dije que no debías venir —le espeta.— De todos modos, ya está claro que no sabes tomar decisiones.

—Sam —intervengo.— está bien —sus ojos me miran con evidente preocupación.— Estoy bien —asiento.— Estaré bien.

—¿Quieres hablar con él? —cuestiona.

—Ambos somos adultos, podremos mantener una conversación —mi vista se dirige a la de Tom. Él permanece en silencio con su mirada fija en la mía.

—¿Estas segura? —Sam toma de mi mano con delicadeza.

—Sí —respondo. Una pequeña expresión de agradecimiento se apodera del rostro de Thomas.— Puedes subir a mi habitación si quieres, Sam.

—¿No hay algún lugar cerca de aquí para ir a beber algo? —pregunta.

Vuelvo mi cuerpo hacia mi amigo.

—Deja ir por mi móvil —le sonrío. A pesar de que la situación este algo tensa, realmente me alegro porque Sam esté aquí.
Sin dar mucho espacios a cruces de palabras salgo en camino a mi habitación. Me toma unos minutos en volver con los chicos, pero en cuanto lo hago, soy consciente de que no es un invento de mi imaginación, sino que, están aquí.

—Está puesto el maps, no deberías perderte —Sam coge mi móvil.

—Espero que no —ríe, pero no por mucho.— No tardes —mira a Tom.— Debes tomar un vuelo de vuelta.

Dicho eso, besa mi frente y golpea el hombro de su hermano para salir de casa. En cuanto lo hace, invito a pasar a Tom, y cierro la puerta tras de sí.

—Gracias por...

—¿A qué has venido? —pregunto.

—A hablar contigo.

—¿A hablar de qué, Tom? —lo observo atenta.— ¿Qué quieres hablar?

—Lo de nosotros no ha terminado —murmura.

—Lo de nosotros terminó cuando tú deciste besar a Florence —sentencio.

—Fue un solo beso, y no significó absolutamente nada —se acerca a mí con la intención de tomar mi mano, pero en cuanto lo intenta me aparto.

Me quedo inmóvil en silencio, y noto como las inevitables lágrimas que simbolizan mi rabia se desprenden por mis ojos.
—No puedes decirme eso —digo en a penas un susurro.

—Es que es cierto —vuelve intentar tocarme, pero vuelvo a alejarme.— no significó nada.

—¿Tú la besaste? —elevo mis ojos. Es algo que necesito saber— por favor, no me mientas.

Tom suspira. Oh no.

—Sí —responde.

—Oh por dios —un sollozo se escapa de mí.

—No significó nada para mí —esta vez su mano si me toca.— Fue sólo una cosa estúpida.

Incrédula por sus palabras continúo en mi silencio.

—No pasó nada —insiste él con desesperación.

—¡¿Nada?! —Por fin reacciono, sin control alguno. Separandolo de mí con fuerza — ¡¿Nada pasó?! Todo el mundo sintiendo lástima por mí, algunas personas culpandome por lo que tú decidiste hacer y me dices que ¡¿Nada pasó?! Me mandaste a la mierda tan sólo semanas después de que mi hermano falleció, Thomas ¿Realmente eso te parece nada?

—Fue un error. Sé más que nunca que te amo, es contigo con quiero estar. ¡Te lo dije la última vez que estuve aquí! —eleva el tono también.

—Eres increíble —una risa nerviosa se le escapa.— ¿Qué se supone que deba hacer ahora? ¡Arruinaste todo!

—¡Escúchame ________! ¡Vine aquí por ti! ¡Te amo a ti!

Me tomo un momento para responder.

—¿Cómo te voy a creer ahora? No puedo confiar en ti. Es cierto, cuando estuviste la última vez aquí dijiste que querías pasar el resto de tú vida conmigo, pero también dijiste que haríamos que esto funcionara a la distancia. Ahora sé que eran puras mentiras de mierda.

—No eran mentiras.

—Vete, Thomas. Esto acabó y ya no hay nada más de qué hablar.

—___________ —vuelve a intentar tener contacto conmigo, pero lo aparto bruscamente.— yo te a...

—No me toques —le advierto.— no creeré ni una puta palabra que salga de tú boca. Me traicionaste, sabiendo que estuve ahí para ti, aunque las grabaciones te tenían exhausto me quedaba despierta para saber de ti. Y tú... quizás que estabas haciendo.

—Fue sólo esa vez, yo te lo...

—No me importa. Vete, Tom.

—Necesito...

—¡Vete, Tom! ¡No quiero ver tu rostro de nuevo! —retrocede unos cuantos pasos.— ¡Vete!

Me queda viendo en silencio.

–¡Vete, por favor! —comienzo a desmoronarme lentamente. Sin embargo, intento mantenerme firme hasta que se decida por abandonar mi casa.

Se gira para acercarse a la puerta principal, mi atención se va a sus pasos mientras intento recobrar mi respiración. Antes de abrir la puerta, me dedica una última mirada.

—Pensé que podríamos conversar como adultos.

Y entonces exploto.

—¡Vete a la mierda! —mi grito se escucha desgarrador.

La puerta se cierra tras él, y yo por fin dejo que mi cuerpo caiga sobre mis rodillas en el suelo. No lo reconozco, y me duele, pero no merezco esto.

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Ay dios, que le paso a nuestro príncipe azul :( jajajjaja

Lloren conmigo en los comentarios♡

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora