My life

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T/n

60 días después...

—¿Estas lista? —sonríe desde la puerta de mi habitación.— en una hora saldremos al aeropuerto.

—Aún me queda por guardar algunas cosas —dejo caer mis brazos por el cansancio.

—¿Quieres que te ayude?

—Creo que sabes lo que me ayudaría.

Se me queda viendo un momento, y en cuanto lee mi expresión, se acerca lentamente. Con cuidado, posiciona sus manos a la altura de mis costillas y con fuerza me levanta del suelo. Mis piernas rodean su espalda y mis brazos su cuello.

—El movimiento final... —dejo caer mi cabeza ladeada en su hombro derecho.

—Eres un koala.

—La koala más feliz —comento con sinceridad.

Acaricia mi cabello con delicadeza mientras yo cierro mis ojos y dejo que el aire salga de mis pulmones.

—Volverás a casa.

—Esta es mi casa.

—Entonces... volverás para finalizar el sueño que tenías.

—Volveré porque sino Lucinda me asesina —suelta una carcajada.

—Yo también lo haría.

—Mentira. Tú te quedarías conmigo aquí.

—¿Tan segura estas?

Mis ojos se abren, lentamente vuelvo a levantar mi cabeza para verle la cara.

—Eso has hecho todo este tiempo, Sam.

—Es cierto. Pero me quedaré sin dinero.

—No. Trabajas en el hotel, y están fascinados con tu habilidad en la cocina.

—Sí, pero mi vida sigue estando en Inglaterra.

Mi expresión cambia bruscamente.

—¿Por qué no me habías dicho esto antes?

—No era importante.

—¿Querías volver a Inglaterra todo este tiempo? —pregunto confundida.— ¿Eso no es importante?

Él resopla. Con sus manos me da a entender que tiene la intención de bajarme, por lo que, desenlazco mis piernas y las vuelvo al suelo.

—No quería volver a Inglaterra. Al menos, no sin ti.

—Pero has dicho que tienes tú vida...

—Porque la tengo, así como tú la tienes aquí. Tú construiste una nueva vida en Londres, y yo lo he estado haciendo aquí. No es algo que me moleste, lo que me molesta es que no quieras continuar con tú sueño.

—Yo...

—Sé que le harás caso a Lucinda, pero quiero que nazca de ti. Tienes una gran oportunidad ahora, y no quiero que la desaproveches por cosas del pasado.

—No es el pasado lo que me detiene, Sam —respondo con sinceridad.— Es el futuro.

—¿El futuro?

—¿Qué pasa si mi proyecto no es tan interesante? ¿Qué pasa si se han fijado en mi causa sólo por ser la ex novia de un gran famoso? Tengo miedo. Esto lo hago por algo importante y no quiero caerme. No quiero estar más en el suelo, Sam.

—Y no lo estarás —sus manos se posicionan en mi rostro, y sonríe.— Todo saldrá bien. Sé que no te han contactado por todo lo que dices, sino porque tus planes son buenos, y pueden traer grandes frutos.

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora