But the truth hurts

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T/n

—La verdad no quiero seguir hablando de él —confieso.— pero cada vez que creo que no volverá a aparecer en mis pensamientos, aparece en persona. Es realmente frustrante —termino de explicar para luego beber del café que Joe me ha preparado.

—Quizás lo mejor es que dejes de evitarlo —sugiere mi mejor amiga.

—Sabes que me duele verlo.

Joe me mira con bastante preocupación, sé que es quien menos quiere que sufra.

—¿Puedo... dar un consejo? —pregunta tímidamente.

Asiento suavemente.

—Bueno... umh... no es una sorpresa el hecho de que estuve enamorado de ti —ríe por lo bajo. Lucinda escupe algo de su café, dando cierto aire cómico al ambiente.— Sí, Lucinda, t/n tiene grandes encantos —mis mejillas arden lentamente.— y bueno... yo... yo a veces pensaba que me dolía mucho más estar cerca, pues, sabía que no era algo mutuo, pero luego comprendí que ese amor que sentía por ti, podía transformarlo. Podía ser un compañero para ti ¿Sabes? Estar incondicionalmente, estar ahí junto a ti, y hacer eso, me hizo feliz. Me hizo comprender que mientras siguieras a mi lado, nada le ganaría al dolor.

Me maldigo internamente por volver a soltar lágrimas. Últimamente detesto llorar, más en frente de quienes quiero. Me siento una molestia.

—Sé que lamentablemente las situaciones son diferentes, pero quizás, sólo quizás podrías intentar verlo de otra manera. No como tú ex novio, quizás comenzar a verlo como... un amigo.

—¿Un amigo? —Lucinda pregunta incrédula.— ¿Tú te has golpeado la cabeza? —mira ofendida a Joe.

—Yo pude —responde él.

—Pero, serás idi... 

 —Ya, no empiecen —miro a ambos desganada.

 —¿Crees que podría pasar eso? —me pregunta Lucy.

—¿El qué? —pregunto de vuelta.

—Ser su amiga, que eso duela menos que tenerlo lejos. 

Guardo silencio, mientras intento manejar mis pensamientos. Recordar que sus palabras en cuanto a mi situación con Sam me calmaran tanto, me asusta, pues fue en ese preciso momento en el que olvidé todo lo malo que había pasado entre nosotros. Pero, luego, inconscientemente ancle esa situación con la nuestra, y volví a sentirme mal. ¿Será así siempre? Todo es tan confuso, no sé si realmente quiero que desaparezca de mi vida, me gustaría que... no, no lo sé.

—No lo sé —esta vez, mi mirada se pierde en mi café.

—¿Hay algo que sepas? —Joe pregunta algo intrigado. 

El café se enfría lentamente entre mis manos. Observo como mis amigos no despejan su mirada de mí, sé que esperan una respuesta, y eso es lo que les daré.

—Sí, a pesar de todo, aún lo amo y lamentablemente no creo que que pueda amar a alguien más en mi vida.

Sam

—Tom —golpeo lentamente la puerta de mi habitación. Un pequeño quejido se escucha tras esta, por lo que tomo eso como una señal para pasar. 

Lo que veo no hace más que preocuparme. Su cuerpo se encuentra en posición fetal y lo único que llega a mis oídos son sus hipadas que son consecuencias de lo que lleva llorando. 

—Te traje el vaso de agua que me pediste —me acerco lentamente, sin esperar una respuesta.— ¿Quieres que llame a mamá? —niega con la cabeza. Demonios, parece un niño pequeño que sólo necesita ser abrazado.— ¿Quieres dormir? 

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora