Too much coffe, too much torment

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Tom

No hemos podido movernos del hospital, ya que Sam ha estado crítico durante las últimas cinco horas. Mis padres junto a Harry no han querido despegarse del ventanal por el que pueden observar a Sam, por lo que somos yo y Paddy quienes vamos en busca de algo que nos mantenga vivos.

—¿Crees que podamos salir a comprar? Las opciones del hospital no me gustan mucho ―la voz de Paddy es delicada, durante las últimas horas no había hablado.

―No sé si sea una buena idea.

Paddy me observa un momento, y luego asiente al entender el mensaje. No podemos correr el riesgo de salir y que Sam esté pasando por una recaída una vez más. Sin embargo, sé que no le haría mal algo de aire, después de todo el más pequeño de nosotros ha sido quien más ha contenido a mamá. 

—Pero, si no tardamos tanto... —una pequeña sonrisa se esboza en su rostro. Está cansado, todos lo estamos. 

—No será nada —me asegura.— a la vuelta de la salida hay una cafetería parecida en la que trabaja _______. No creo que las donas sean tan buenas como allí, pero podría servir —asiento ignorando el hecho de que la ha mencionado.— ¿Sabes por qué no ha vuelto a venir?

—Estuvo en la mañana temprano, cuando tu estabas en casa. Luego se ha ido porque necesitaba descansar, supongo que vendrá durante las próximas horas.

—¿Supones? —parece algo confundido.— es tú novia, ¿acaso no hablan? —no respondo.— ¿no le habrá pasado algo? no creo que esté tantas horas sin venir cuando todo esto se trata de Sam. ¿le has avisado que...?  —se le dificulta continuar con las siguientes palabras, pero se esfuerza.— ¿Le has avisado que ha vuelto a estado crítico?

Me gustaría explicarle, me gustaría que entendiera que no es que no desee contarle todo lo que está pasando, pero ella no lo ha hecho fácil, nada de esto, y si mi cabeza está trabajando duro para recién procesar todo lo que ha sucedido con Sam... aunque quiera ella no está en mis prioridades ahora. 

—No. No le he dicho —respondo con tranquilidad.

—No te lo va a perdonar. Es su mejor amigo, Tom. Le dir...

―Y yo soy su novio —le interrumpo.— pero tampoco está aquí apoyándome ¿o sí? 

Paddy me mira sorprendido por mis palabras. Sin embargo, no dice nada, se limita a continuar caminando para encontrar la cafetería de la que ha hablado. 

Los siguientes minutos que caminamos, lo hacemos en silencio, ninguno de los dos sabe muy bien que decir. Después de todo ¿Qué podemos hacer? ¿Darnos ánimos? Sabemos que la situación está delicada y que quizás debamos prepararnos para lo peor, pero ¿Qué es lo peor? ¿Perder a nuestro hermano? no, Sam no puede morir. Él no va a morir.

—Tom Paddy —rompe el silencio. 

—¿Qué? —elevo la vista, y entonces lo que creí que había logrado evadir en todos estos momentos, aparece frente a nosotros. Periodistas.— Mierda ―murmuro. 

Cojo su mano y la tiro con fuerza hacia la calle anterior. Pero ya no es algo que podamos evitar, ellos nos han visto y no descansarán hasta obtener algo.

—Creo que se han limitado a tomarnos fotos —susurra. 

—Sí... bueno, sino, sólo pidamos respeto, y vayamos a comprar.

Paddy se ríe por lo bajo, sabe que no será algo fácil de conseguir, pero sé que estas personas no son sólo robots, sé que tienen algo de valores y pueden acotar a lo simple que estamos por pedirles.

Cuando seas mía // Tom Holland & túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora