Cuando seas mía // Tom Holland & tú

No anymore

Tom

Caminamos uno al lado del otro en silencio. Por primera vez me cuesta descifrar que pasa por su mente, pues primera vez que la veo sin expresión en su rostro al estar junto a mí.

—Por aquí —se desvía, evitando el elevador.

—El elevador...

—Sé dónde está el elevador —responde, dándome a entender que su intención no era ir a recepción por el kit de emergencia.

El pasillo por el que caminamos ahora deja entrever un gran ventanal el cual en sus alrededores se encuentra decorado con una diversidad de plantas. Sam ha escogido bien el hotel.

Observo como al estar a una distancia bastante corta del ventanal, su cuerpo se detiene. Se nota de lejos lo tensa que está, y para disimularlo cruza sus brazos, mientras suelta un suspiro. Como si fuera lo más terrible, voltea a mirarme.

—¿Qué quieres decirme?

El cambio repentino de su actitud elimina todas las palabras que tenía en mi mente.

—¿Cómo estás? —suelto.

—¿Eso?

—No —frunce el ceño.— digo, sí, pero pensaba que era correcto preguntar cómo estás.

—Preocupada por tú hermano, lo golpeaste fuerte.

Su respuesta me descoloca una vez más.

—¿También fue un error? —pregunta.— ¿Te arrepientes de lo que acabas de hacer?

—Él... él dijo algo que no me gustó...

—Entonces, ¿no te arrepientes?

—Sí. Es mi hermano, no quería golpearlo.

—Últimamente te ha pasado eso.

—¿Qué cosa? —pregunto confundido.

—Haces cosas que supuestamente no querías hacer.

Guardo silencio, sé a que viene eso. Se me queda viendo durante unos minutos esperando una respuesta de mí parte, pero como no la obtiene vuelve a romper el silencio.

—Debo ir por el kit para tratar la herida de Sam. Que tengas un buen viaje.

En cuanto veo la intención de abandonar el lugar, cojo su brazo. Sin embargo, su mirada me hace soltarla casi de inmediato.

—Agradecería que no hicieras eso —se limita a decir.

—Quiero hablar contigo, pero no sé cómo hacerlo. Sólo no te vayas... por favor.

Le toma un momento, pero vuelve a la posición anterior.

—Por favor, se breve. De verdad me preocupa Sam.

—Él está bien. No es la primera vez que le llega un golpe en la cara.

—¿Cóm...

—Él y Harry solían golpearse.

Asiente. Por unos segundos sentí que su aspecto se relajaba, pero en cuanto sus ojos vuelven a encontrarse con los míos, recupera su frialdad.

—De todas maneras me gustaría que fueras breve, no me siento cómoda aquí.

Sé que todo esto tipo de respuestas es lo que merezco, no obstante no dejan de ser dolorosas. Cada sensación de lejanía e indiferencia estremece mi ser. Más cuando ella nunca había sido así conmigo.

—Vine a disculparme —suelto por fin.— Vine a pedirte perdón por no haber enfrentado las cosas, y culparte a ti por haber actuado de una forma inmadura, cuando lo único que estabas haciendo era expresarme lo mal que te hice. Vine a disculparme porque quiero que tengamos esa conversación.